Porque la experiencia es eso: una triste riqueza que sólo sirve para saber cómo se debería haber vivido, pero no para vivir nuevamente. Josefina Vicens
HOY ES MI CUMPLEAÑOS
Hoy es mi cumpleaños. Quise escribir este post sólo para recordarme que vivo aún, que estoy vivo, que hoy al salir a dar una conferencia sobre mi inclemente Heidegger, sentí como el sol quemaba mi cuerpo y el sudor recorría mi frente. Sentí que debía estar agradecido de seguir viviendo, de respirar, de admirar las jacarandas que me llevan a tantos recuerdos que han hecho de mi lo que soy. Hay tantas pérdidas a mi alrededor, tantas cosas que se han marchado, que no quise sacar el violín para sentarme a llorar. Es tan fácil rendirse. Pensé en lo nuevo y lo viejo, en todo aquello que ahora cuestiono y pienso, en aquello que ha formado mi último pensamiento: la feroz incapacidad de advertir la continuidad de las cosas, la secuencia eterna que nos asegura que todo es como es y que nada lo cambia. Me pregunto si así será esa inquietud de mí que me toca nuevamente el corazón... Siempre quise forjar tradiciones, por ejemplo, pero nunca logré hacerlo. Cuando pensé que lo había logrado, los dioses me quitaron "a pound of flesh", como decía el Mercader de Venecia. Nunca más volveré a pensar en esto de las tradiciones. Porque si quedo convencido de que quienes exaltan o denuncian la "tradición de lo nuevo" olvidan, en efecto, que esa tradición tiene como estricto complemento la "novedad de la tradición". El espacio del arte, por ejemplo, no empezó con decisiones de ruptura artística. Se inició con decisiones de reinterpretación, de qué hace el arte o de quién hace arte: Vico, lo pienso en este momento, al descubrir el "verdadero Homero", es decir, no un inventor de fábulas y personajes, sino un testigo de la riqueza visual del lenguaje y el pensamiento de los pueblos de la Antigüedad; Hegel al señalar que los hombres fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios por lo que al ser los hombres dioses, la mirada de Dios habría muerto, su mirada habría dejado de ser lo que ordenaba el mundo; Hölderlin con su drama de locura y tragedia, con el Empédocles suicidándose eternamente; Balzac al hacer un episodio de cada gesto del mundo, al reconstituir esas huellas que crean mundos y no sólo ciertos temblores del alma; Mendelsohn al volver a interpretar la Pasión según san Mateo, o el sordo de Viena al construir sus cuartetos para violín y orquesta donde anunciaba esa voz del ser humano reclamando.... Con todo esto lo que hicimos fue inventar el museo y la historia del arte, la noción de clasicismo y las formas nuevas de la reproducción... nuestro pasado oscuro y dolorido, las estaciones del año perdidas en un saco de arena, en un instante que dura una mirada que cae... Y nos entregamos a la invención de formas nuevas de vida sobre la base de una idea de lo que el arte de vivir ha sido, habrá sido. Mi vida no es artística apenas una vida, sólo eso...
Hoy es mi cumpleaños... pienso en este extraño secreto de vivir, en el enigma que cada quien tiene que descifrar para seguir viviendo. Sólo tengo un recuerdo que trasciende todo lo que tiene nombre:
Toco tu nombre en el vacío que se abre como una calle
como el rastro de una ola que revienta de solitaria
y me acerco a ti sin hacer ruido
para sorprenderte antes de que te me huyas
y me quede solo de mi
Toco tu nombre intentando alcanzar tu tiempo
el silencio que escribiste entre mis palabras
y la mirada que me dejaste prendida en el dolor
indescriptible ya para siempre
Toco tu nombre en el papel en el que quisiera dibujar
tu cara
y tus palabras
ahí donde aun escucho ese murmullo en el que te fuiste
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