La imagen en clave literaria
Siempre he pensado que un editor es una especie de coleccionista; sus libros y revistas son una muestra de su gabinete de curiosidades, de cómo está archivado, ordenado, elegido. Tal y como algunos acumulan camisetas o cuelgan platos en la pared de la cocina con imágenes de los destinos turísticos que han visitado, juntan timbres postales en carpetas, llaveros, piedras, o cualquier cosa, el editor viaja a todas partes del mundo, indaga en los recovecos de la Web y agota el archivo y el catálogo de las bibliotecas en busca de aquello que lo obsesiona, de aquello que pueda formar parte de su colección.
Este número es un conjunto de documentos que bien podrían estar dentro de la mía: la de imágenes en clave literaria y textos en clave visual. De forma directa o indirecta, como pretexto o gatillo, los quince textos literarios que elegí para el dossier utilizan la imagen para construir sus narraciones. Todos ellos, además, de escritores mexicanos jóvenes y de géneros diversos. Me interesa constatar que la literatura puede ser una forma distinta de aproximación a la historia de las imágenes, sólo aquella que considera a una imagen algo más que una ilustración.
En la sección de artículos recopilé trabajos de curadores e historiadores del arte, también jóvenes y mexicanos, que han trabajado con los mismos temas a través de la obra de artistas, de la relación entre la curaduría y la edición o las problemáticas del signo alfabético. La sección de libros de artista fue una consecuencia casi obvia de esta muestra por ser el espacio ideal de convivencia entre imágenes y palabras. Incluí dos tipos de documentos: libros de artista de autores clásicos que dialogan con el resto de las colaboraciones, y libros de artista de jóvenes artistas mexicanos que exploran otras formas de narrar y de producir obras de arte contemporáneo. Finalmente, en la sección de documentos hay un amplio espectro de textos de apoyo: teoría del arte, novela, ensayo personal, etc., y todos, desde luego, en relación al espacio que se disputan las imágenes y las palabras.
Esta es la primera vez que edito el número entero de una revista; es también, en ese sentido, un primer intento de juntar voces distintas, a veces disímiles, que se reúnen bajo una misma preocupación. La primera vez, entonces, que abro al público la puerta de mi gabinete de curiosidades, un archivo personal que tendrá que seguir creciendo con el tiempo, reordenándose, redefiniéndose.
Verónica Gerber Bicecci
veronicagerberbicecci.net