Porque la experiencia es eso: una triste riqueza que sólo sirve para saber cómo se debería haber vivido, pero no para vivir nuevamente. Josefina Vicens
ANULAR NUESTRO VOTO
Ayer paseaba por el zócalo de Coyoacán. Fue un poco nauseabunda la vista. Por lo pronto me encontré con los viejos, muy viejos, líderes del STUNAM (sin comentarios), luego vi a la escritora de "Como agua para chocolate" que es como la Sara García delos 2000 y francamente me pareció "tierna", sólo le faltaba el molinillo y el metate (nuevamente sin comentarios) y aparecieron los líderes del PRD, uffff, como semidioses, con ese aire tan suficiente, tan sofisticado, tan de izquierda que sabe todo, tan militante: "¡¡¡este puño sí se ve!!!", guau, qué consignas tan imaginativas, tan de hoy en día, tan contempo: "¡¡¡El pueblo, unido, jamás será vencido!!!", realmente hay que juzgar con mente abierta estas ocurrencias. Y recuerdo también que, en otro espacio, había un gran letrero de una tal Quiñones, que aspira a ser diputada federal y que decía: "De mi sueldo prometo la donación del 20% a un asilo y 20% a un orfanato". Impresionante, de verdad, claro, con esto podremos levantar el déficit que tiene el país. Esto es la gran propuesta de las derechas, sí las del presidente mojigato, sí, ese que dijo que "los jóvenes están en las drogas porque no creen en Dios", ufff, qué lúcido y claro como un Demiurgo pudo señalar que la muerte de Michael Jackson había sido por las drogas. Esta sí que fue una declaración de Estado, la realpolitik en los medios, el análisis justo, exacto, agudo y, sobre todo, brillante.
En fin, decía que estaba en el zócalo de Coyoacán, donde bloquearon las calles y trajeron a los siempre acarreados expriístas, o al menos esas eran o son sus prácticas. Y claro, propaganda, sonrisitas, buena onda a raudales. Era tan emocionante ver ese famoso "Pan y circo" romano en el siglo XXI, con estos políticos tan formados, tan preclaros.
Lo que es cierto es que estamos en plena época electoral y existe la posibilidad de que muchos jóvenes y no tan jóvenes anulemos nuestro voto para que la legitimidad de los que aspiran y casi tengan ganada la elección, quede desvirtuada por nuestra negativa a avalar ese "más de lo peor" que se hemos tenido desde que el PAN tiene el poder. Primero Fox que siempre será como la vergüenza de México y ahora el señor Calderón que quiere aniquilar a los cárteles con declaraciones y que tiene la corrupción como plataforma. Sobran las ocurrencias y brillan por su ausencia las propuestas. ¿Usted va a votar? Piénselo: anule su voto, rompamos con la anulación la siempre discutible "legitimidad" de todos los que vienen "representándonos". Yo, anularé mi voto.
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6 comentarios:
insisto otra vez: vamos, muy dignos anulamos la boleta... ¿y?, ¿eso va a evitar que lleguen al poder los mismos horrorosos?
Admito que no hay por quien votar. Pero no votar es darnos golpe de estado a nosotros mismo como partícipes de la supuesta sociedad democrática que tanto se supone defendimos.
Es aceptar que los actores políticos son actores de una obra de teatro a la que creemos poder castigar si nos salimos en desbandada del foro. Pero nadie nos va a devolver las entradas, y, peor aún: por más que corramos seguimos atrapados dentro del foro condenados a ver la obra una y otra vez, condenados a ser los patiños de esos actores que no se cansan de aventarnos pastelazos a la cara.
Tenemos que actuar de alguna manera.
Pero tampoco sé de cual. Ni tengo tampoco ganas.
Está bien: asumo que no tengo ganas de actuar. Pero tampoco sé que tan legítimo sea disfrazar la desazón de actividad política.
Bueno. Si alguien comienza un partido político, pues yo me apunto.
"para que la legitimidad de los que aspiran y casi tengan ganada la elección, quede desvirtuada por nuestra negativa a avalar ese "más de lo peor" que se hemos tenido desde que el PAN tiene el poder."
Uy! qué malo que te oyes con eso "de desvirtuar su legitimidad". Qué imaginativo y "contempo". Qué tan de izquierdas, por otro lado, con ese estibillo de moda: "desde que el PAN tiene el poder"... No, no, yo creo que es desde antes pero total, con esas campañas de anulación que ni siquiera son creativas porque las vengo oyendo desde los ochenta (no votes y no veas 24 horas) lo único garanizado es que ganará quien tenga más clientes. Afortunadamente, no es la izquierda fragmentada, que lso va teniendo menos.
Desde luego que ambos tienen razón, desde sus distintas perspectivas, pero la otra es que vayamos a votar ¿por quién? Hay algo que tenemos que hacer, estoy de acuerdo con Anónimo en que me veo el malo (jajajaja) con esta propuesta, pero tampoco es mía: Es cierto que se viene escuchando desde hace mucho, desde casi que el PRI se hizo del poder (70 años y creo la estructura que no cambia en la geometría electoral pues es la misma, de ahí que yo diga que todos tenemos un pequeño y siniestro priísta en el corazón o que somos priístas de closet. Entiéndaseme, que no hay nada diferente a lo que el PRI estructuró como praxis política y que todos copian). Por otro lado, es cierto, no hay mucho que podamos hacer mientras no se cambie la legislación. Ahí está la resolución de un tribunal Internacional en el sentido del registro de electores independientes y ¿qué pasó? Nada.
¿Qué hacer entonces Esponjita, qué hacer Anónimo bueno?
No sé... quizás podríamos empezar por hacer lo que los filósofos se supone que podemos: un análisis de la situación.
Por ejemplo plantear algunas preguntas.
Se me ocurre, por ejemplo, preguntarse qué efectos tendrá un enorme abstencionismo para la repartición de curules plurinominales. Si en verdad no hace ninguna diferencia cómo queden distribuídas. Pero si sí, ¿cuáles son las verdaderas entidades políticas que están buscando romper o afirmar ciertos equilibrios de fuerzas?
Por ejemplo: ¿qué partidos pequeños dotarán de materia a qué fuerzas políticas? ¿son dos o tres las fuerzas en el Congreso? ¿El congreso posee una estructura heterogénea todavía?
No sé. Supongo que habrá preguntas más inteligentes y más agudas. Quizás, una vez analizada la situación, la decisión de por quién votar no parezca tan abstrusa. Supongo que no será lo mismo que Nueva Alianza tenga más diputados plurinominales a que los tenga el PRD, sean éstos de la banda del peje o no. O saber si el PDS es una entidad independiente o la futura materia para algún tipo de toma de decisiones importantes, ya sea del lado del PAN o del PRD.
Dice mi maestro de medievales que no hay que confundir fuentes con autoridades (a veces Tomás usa el nombre de Avicenna para sostener tesis de Agustín, o el nombre de Agustín para sostener las tesis de Avicebrón). Lo mismo pasa aquí: no hay que confundir los nombres y los colores partidistas con las fuerzas que los están manejando.
Y como sea, hay que pensar qué fuerzas nos convienen más en San Lázaro, independientemente de que los peones que están siendo usados en la partida sean una bola de inmorales y más etcs...
en fin... yo regreso a Tomás que si no, me reprueban.
Besos
Qué difícil. A pesar de que la "democracia representativa" en que vivimos no sea tal -no lo es, de hecho-, de que las plataformas políticas sean ridículas -en mayor o menor medida-, de que las promesas de campaña sean absurdas -como ese partido que dice "vota por mí y te daré empleos", como si estuviera en sus manos-; repito, a pesar de todo esto, yo creo que anular es jugarle a la política de la ingenuidad.
A nadie escapa -creo que no- el hecho de que un sistema político se sustenta en los que participan, no en los que se omiten de distintos modos; con esto, como comentaba en otro blog, cinco millones de votos anulados contarán poco, o nada, frente a los X votos que obtenga el partido A o la coalición B, sean más o sean menos, y les permitirán llegar a hacer de las suyas en un sistema que no representará a quienes votaron, y menos aún a quienes no.
Si los "anulistas" -ya nadie sabe cómo llamarlos- creen que el 6 de julio se replanteará el funcionamiento del IFE, bajarán los sueldos de los funcionarios, se ensamblarán grandes dispositivos para consultar a la ciudadanía, y la democracía retornará al sentido que etimológicamente posee... adelante. Como yo no lo creo, mejor voto.
Con todo esto de los anulistas recordé ese diálogo de Platón en donde se le propone a Sócrates que escape de la cárcel y así salvar su vida.
Si no mal recuerdo, Sócrates defiende a las leyes que lo han hecho lo que son, y no porque ahora le son adversas, les va a dar la espalda. Algo así como si me conviene las obedezco y respeto, si no me convienen, no.
Esto se puede aplicar a lo del voto y la democracia. Se supone que todos tenemos ciertos derechos gracias a la democracia, y porque ahora está se nos presenta adversa, le vamos a dar la espalda anulando el voto?
Lo de anular el voto se me hace igual que aquellos que intentan convencer a Sócrates para que escape de su castigo..
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