GADGETS


Gadgets
Me complace mucho poder pensar en esta época. Creo que a pesar de todo es un gran momento el que vivimos. Estamos a punto de desaparecer y sigo emocionado de vivir. Aún bajo estas condiciones de destrucción, de corrupción, de desilusión, de ruptura, de eliminación de toda trascendencia, de... Pienso en esas pequeñas cosas llamadas Gadgets y descreo de los grandes descubrimientos que se hacen porque todo queda sepultado por esa pequeña cosita llamada Gadget. Sin duda, el siglo XX y lo que va del nuestro la ciencia y la técnica han realizado avances tan extraordinarios que han hecho proliferar pequeñas cositas, diminutos objetos casi innominables que aparecen ahora desde el fondo de sí mismos como gadgets. Ésta es una palabra que ese magnífico diccionario Robert quotidien publicado en 1996 define como: "dispositivo, objeto simpático, nuevo y a veces sin utilidad alguna. Innovación, solución de la cual la eficacia es puesta en duda. Pero las definiciones de otros diccionarios varían: para algunos los gadgets son dispositivos, artefactos, artificios, artilugios, o, en última instancia, algo "que no se nombra". Algunas acepciones destacan el aspecto útil del gadget (R. Debray), mientras que para otras son el colmo de lo banal y lo inútil (Baudrillard). "Gadget" es, entonces por esta vertiente, un nombre de substitución para instrumento, utensilio, artefacto, vinculado muchas veces a algún tipo de funcionamiento o automatismo. Cuando devienen importantes se convierten en "comodities"..., qué palabra..., realmente intraducible. Y eso que nosotros somos los que formulamos la ontología y la metafísica. Recuerdo también a Lacan que, en el Seminario 17, ya anticipaba los gadgets al hablar de las letosas. Una palabra horrible, poco sonora, con tintes cada vez más pintorescos, pero que para el psicoanalista designan el lugar de las fabricaciones de la ciencia. El psicoanalista tiene que vérsela con ellas en la medida en que letosas es el nombre que toman las causas del deseo. Podemos decir que la ciencia gobierna nuestro deseo y es en el discurso capitalista donde el acento está puesto en el trabajo del saber científico. El saber trabaja en la producción de letosas es decir de objetos plus de gozar. Como contrapunto del gadget, la palabra "latosa", vierten al castellano el neologismo original francés "lathouse". La composición de esta palabra con dos términos griegos resume varias operaciones lingüísticas.
La palabra viene de "alethéia" como "no ocultamiento", al menos como la comprende Heidegger al articularla alrededor de la verdad y de ahí Lacan obtiene "lathos". La otra parte es resultado de la articulación ousía, que Lacan supone como algo entre el "Otro" y el "ente". Como efecto de esta combinatoria tenemos la palabra letosa, de profundas resonancias.
Las letosas son entonces objetos de origen tecno-científico colocados en el mercado de consumo, que funcionan como objetos plus de goce. Equivalentes en ese punto a los objetos plus de goce de origen discursivo. Se plantean como objetos concretos prometidos a la "satisfacción" pulsional más específicamente de la pulsión escópica -"ver"- dar a ver imágenes - y la pulsión invocante- "escuchar"-dar a escuchar. A los gadgets los nombra por primera vez en el Seminario 20, Encore, y es allí donde Lacan se refiere nuevamente al discurso científico expresado que éste se funda en el viraje galileico y engendra todo tipo de instrumento. Como quiera que sea, los gadgets llegaron para poblar nuestro mundo, sea como eso o como letosas. Quizá a eso estamos destinados, a ocupar nuestra vida en ellos.