Hoy sabemos que existen 5 candidatos para la dirección de la Facultad de Filosofía y Letras, y que iremos al Aula Magna el miércoles 4 para presentar nuestros proyectos y el jueves 5 estarán las urnas abiertas para que toda la comunidad pueda votar por el que le parezca el mejor proyecto. Estas 5 personas, todas, desde luego, de la más alta calidad académica: el Doctor Jorge Ruedas de la Serna del Colegio de Estudios Latinoamericanos; la Maestra Raquel Serur, del departamento del SUA de Letras Modernas; el Doctor Miguel Soto, del Colegio de Historia y del mismo Colegio de Historia: la Doctora Gloria Villegas. Y yo, desde luego, del Colegio de Filosofía.
Creo que es una quinteta estupenda.

(Dando click en sus nombres podrán ir a sus semblanzas curriculares)

LA FUERZA DEL DIÁLOGO


Ayer todo el mundo era creyente, hoy, luego de infinitas crisis de todos los calibres, no encuentra uno más que escépticos por donde quiera que uno mire. Vivimos en un éxtasis de desengaño, en una orgía de desilusión: todo el mundo ha despertado de su sueño dogmático como nos dijera el buen Hume y se menean las cabezas al unísono con agridulce clarividencia. Los exfanáticos se tambalean cabizbajos, llenos de náusea, autocompasión y tolerancia universal, como juerguistas profesionales digiriendo la resaca al cuarto para las ocho de la mañana fría. El realismo -entendido como pura aceptación de la impotencia o del cinismo- es el alka seltzer de las almas otrora sublevadas. Quizá por ello creo definitivamente en las enseñanzas de mis viejos maestros: nada mejor que el diálogo, la tolerancia y el respeto. Condiciones de posibilidad de acuerdos para el logro de un horizonte donde se puedan llevar a cabo los proyectos. Ayer, casualmente, platicaba con una compañera de la Facultad y me decía que ella pasaba de cualquier votación y de cualquier cosa que legitimara el modo en que la UNAM selecciona a sus directores. "No creo en las transformaciones homeopáticas de nada, me decía. No creo que tengamos que cambiar para que todo siga igual, y además sé que todo está ya dado, que la dirección se le ha ya dado a... por esto no voto ni voy a ver a los miembros de la Junta". La gente desengañada, pasa de todo. la gente que pasa suele pasar ante todo de ellos, con lo cual ya demuestra un atisbo de interés por lo real bastante considerable. Es importante este comentario porque un profesor con estos desplantes renuncia al cambio, y éste es una aspiración ética irrenunciable, la promesa triunfal del fin del statu quo, el fin que propicia la transformación moderada, el cambio racional, el privilegio de lo humanístico frente a la intolerancia. Creo en la fuerza del diálogo, de la moderación y, fundamentalmente, en la prudencia.

SÓLO PARA JÓVENES


Hace poco Tim Berners-Lee, creador del lenguaje HTML, del protocolo HTTP y del sistema de localización URL (si esas siglas no nos dicen nada, no importa, Berners-Lee es considerado el padre de la web)decía que en lo que se está trabajando es en la posible Web 3.0, la internet que viene. ¿Y en qué consiste ésta? La expresión que, según Berners-Lee, la resume es "compartir datos" y el concepto es el de "web semántica". Con la web 3.0 "todo el mundo se conecta más", ha dicho, comparte los datos de un modo transversal, en el que los dispositivos diferentes no suponen una barrera para transmitirlos. Además, los sitios "van a ser abiertos". La web 3.0 es, para Berners-Lee, la web semántica. Ésta, lo que busca, es un acceso más sencillo a los datos haciendo la búsqueda de información más simple al basarse en los significados de lo que se transmite. Eso hace también que se unifiquen los contenidos y sea más fácil trasladar la información entre dispositivos. Berners-Lee ha dicho que en el futuro, "las cosas cambiarán mucho en internet. "Ya no hablamos de documentos web, ni de sitios web, sino de gente web". "La web -ha señalado- es la humanidad conectada por la tecnología". Internet es "la primera estructura para la educación de la sociedad y para la democracia". ¿Podemos creerlo? Algo de esto tiene que ver con nosotros, algo de esto nos está afectando y por ello tenemos que pensar que la tecnología está para eso precisamente, para ser utilizada, para instrumentar todo lo que podamos para acercar las humanidades a todos. No hay mejor acceso. Por esto mi apoyo decidido a la tecnología como parte de la enseñanza, como parte de algo que es el rostro de nuestro mundo.

UN FILÓSOFO, UN HISTORIADOR, UN GEÓGRAFO... TODOS


Me comentaba un querido amigo de la Facultad que si bien la reflexión que hice respecto de "No más filósofos en la Facultad" es cierta hay algo en mi tono que hace reactivo el comentario. No es así, lo que quisiera dejar asentado es que a lo largo de mi carrera en la Facultad he podido comprobar los grandes esfuerzos que cada administración ha hecho para poder desarrollar proyectos interdisciplinarios, y que para ello se requiere no de éste o aquél historiador, no de éste o aquél filósofo o literato, no de éste o aquél pedagogo o geógrafo. Para llevar a buen destino todos los esfuerzos se requiere del concurso de todos nosotros, de todos aquellos que están comprometidos con las humanidades, y sobre todo, con los alumnos. Son ellos los que nos deben de importar por encima de todas las disputas y todos los sectarismos que se puedan dar. Son ellos por los que existe la Facultad y por quienes puede sobrevivir las humanidades. Así que no, no es cierto que se requiera de un filósofo para dirigir la Facultad, se requiere de compromiso, de absoluto compromiso. De propuestas viables, razonadas y consensuadas, de lograr que todos caminemos sobre un mismo objetivo aún cuando cada cual trabaje en su propio territorio. Ya lo he dicho muchas veces: "La Facultad de Filosofía y Letras camina esté quien esté en la Dirección". Esto es cierto, pero creo que caminaría mejor si quien dirija la Facultad uniera esos valiosísimos esfuerzos en un proyecto común.

NO MÁS FILÓSOFOS EN LA DIRECCIÓN DE LA FACULTAD ¿EN SERIO?

Esto es algo de lo que he escuchado en la Facultad. No todos piensan así, pero el tono de la queja proviene más de cierta inocencia que de una convicción profunda. A todos aquellos que piensan de esta forma me gustaría preguntarles: ¿somos los filósofos un partido político? ¿Un gremio indiferenciado? ¿Acaso obedecemos líneas que nos son dadas desde la torre de Montaigne? Por ende, ¿creen ustedes que pensamos lo mismo? Creo que la experiencia y el tiempo han dado la respuesta: somos y pensamos diferente. ¿Qué es lo que importa? Que haya propuestas, que se den los compromisos ante la comunidad que pretendemos representar, esto es lo importante.