UN NUEV@ O VIEJ@ DIRECT@R


El Martes tendremos nuevo direct@r. Continuismo o continuismo. De cualquier manera creo que es lo mismo nomás con cara diferente. ¿Se cambiará en algo? Cuando hice mi diagnóstico me di cuenta de que hay que hacer muchas cosas para renovar la Facultad, no es posible que continúe de la manera en la que va. Muchos esfuerzos aislados, pero nada de academia, muchos trabajos pero nada de escuchar al otro. Átomos, moléculas, cuánto esfuerzo que va a ninguna parte. Esto se lo dije al Rector y al Secretario Genera de la UNAM. Les dije que era imprescindible un cambio antes de que se muera de ensimismamiento la Facultad. Nada que hacer.
Hoy fui a la Facultad, sí, hoy sábado, fui al Ponte Vecchio. Nada más a ver lo que se vende ese día: lo mismo, pero más grotesco. Luego uno de los vendedores empezó a hacerle bromas a la persona con la que iba acompañado. Me di cuenta de que estaba ahogado de borracho. Varios vendedores del Ponte Vecchio estaban tomando a 10 metros de la entrada de la Facultad. Uno de ellos se dio cuenta de lo que pasaba y calmó al tipo que ya estaba empezando a liarse conmigo a palabras. Ya saben.
-"¿qué dices?",
-"A ti no, a la señorita",
-Pues por eso, ¿qué dices?
-¿Pues qué, qué quieres?
De risa, sólo faltó una palabra de más para que el tipo me viniera a retar o no sé qué.
¿Cómo liarme a golpes con un borrachín en mi propia Facultad?
Es muy difícil
Pero esto es tierra de nadie con la complacencia de Nadie
Porque es increíble que ese Nadie haga nada y permita todo esto sin la menor restricción, la pregunta es ¿quién quiere que sigan las cosas así?

MUJER HORRIBLE


A veces son de moda cosas tan feas y repelentes que no parece sino que la moda quisiese hacer gala de su poder mostrando cómo, en su servicio, estamos dispuestos a aceptar lo más horrible. George Simmel
Puse esta frase a la base de mi nombre pero quiero traerla aquí, porque ella se refiere a mi vida en la Facultad, a mis relaciones, específicamente a una que siempre pensé cálida, maravillosa, excepcional. Me equivoqué más de treinta años. ¿Puedo creer que me equivoqué en serio? No sé si para algunas personas esas esperanzas en otros duren toda la vida, pero para determinados seres humanos los sueños se acaban un día... Como a mí, el sueño se agotó, de tanto rasparlo se agotó y se le borraron todas las orillas. Quizá uno no quiera ver ese lado horrible de la amistad fingida, ese lado oscuro que nos acecha y que a fuerza de verlo terminamos por quedar cegados por su miseria o aceptando lo horrible. No lo sé, pero una tarde, una mañana o una noche esas personas se van como llegaron, de pronto; y quizá no regresan jamás.
Sólo me queda el consuelo de que a diferencia de la melancolía, la tristeza muchas veces fortalece y adecenta. Atributo de eminente lucidez, ese estado de ánimo tiene como actividad preeminente la contemplación y como una de sus características el estoicismo.

ME DIJERON QUE...



Me dijeron hoy, en la Facultad, que todo estaba ya predispuesto. Que la terna rompió todos los espejismos que se han venido creando alrededor de ellas, como por ejemplo el que nunca podría estar dos personas del mismo Colegio. Me dijeron que fuera de la terna todos fuimos comparsas, tontos funcionales, irredentos crédulos del espectáculo de luz y sonido de los deseos de los demás y de los nuestro propios. Me dijeron que "alguien" dijo que no más filósofos y que esa consigna se cumplió pues en verdad no más filósofos. Me dijeron que ese !alguien es, ha sido y será quien gobierne los destinos de la Facultad tras la esfera del semblante.
Uno quiere creer que quien está al frente de una Facultad es el mejor elemento que puede gobernar, dirigir, coordinar todo el esfuerzo individual de los trabajos de quienes están trabajando por las humanidades. Pero ¿a alguien le importan? Juzgue Usted. Se me ocurre que frente a ese "dictum" del "no más filósofos" dado por un similar, tiene que ver con aquello que decía Deleuze: “la filosofía, mediante conceptos, no cesa de extraer del estado de cosas un acontecimiento consistente, una sonrisa de gato sin el gato”. Tenemos la sonrisa del gato pero sin gato, tenemos al gato de Cheshire de Alicia, un gato capaz de trocar su cuerpo en puro acontecimiento de su sonrisa. Ahí está la clave:
"¿Podría decirme, por favor, por qué camino debo seguir?
- Eso depende, en gran parte, del sitio donde quieras ir- repuso el gato.
- No me importa mucho donde sea...- declaró Alicia.
- Entonces no tiene importancia el camino que sigas...- contestó el gato.
- ...siempre que llegue a alguna parte- agregó la muchacha, como para completar la explicación.
- Puedes estar segura de eso, siempre que camines lo suficiente- declaró el gato"
Pues eso es todo. No se trata de quién sino de cómo.
Ese quien ya no importa, importa ahora el como

VUELVO A LA FACULTAD


Comentaba en el último post que volví después de tomarme unas vacaciones en un lugar espectacular, maravilloso, donde uno dice de verdad que el paraíso puede ser así, debería ser así. Es mi nostalgia por el paraíso. Los que no tenemos religión tenemos, creo, nostalgias del corazón. Pero nada tiene mayor precio que esa creencia, nada cobra más caro que esa ilusión. Regreso a la facultad lleno de ilusiones para emprender nuevos proyectos y continuar con los otros que se han quedado parados por esta loca carrera, pero regreso con ánimo, con esa sensación de haber puesto todas mis esperanzas en todo aquello que pueda ayudar a mis alumnos. Sí, no seré el Director, pero tengo que empujar muchas cosas como profesor. Es importante, porque tenemos un futuro, eso lo sé, tenemos un futuro las humanidades en medio de este mundo. ¿No se han dado cuenta de que cuando las cosas se han puesto en crisis volvemos la mirada a las humanidades? Por necesidad de merecimiento de vida, eso es. por una exigencia de sobrevivencia. Aquí se respira un aire inmejorable.

EL FINAL... DE ESTE CAMINO


Bueno, no salí en la terna. Cuáles fueron las consideraciones que se tuvieron para ello, nunca lo sabré a ciencia cierta. Está bien. Importa sí, que no se haya tomado en cuenta muchas cosas, pero lo sabía desde que empecé con este proceso, desde hace 4 años en que también tomé el riesgo. Bueno, ¡Salud! y a otra cosa.
A todos los que me acompañaron en este trayecto, a todos los que de una manera u otra participaron de este encuentro internauta, a todos los que me mandaron sus recomendaciones y observaciones para el Plan de Trabajo fuese por este medio o por mail y que finalmente presenté: Muchas gracias, en verdad, quedo muy agradecido. Reconfortado por sus expresiones de cariño y reconocimiento. No hay más. En todo este camino creo que esto ha sido lo más valioso. Muchas gracias.

EL RECTOR


Hoy tuve mi entrevista con el Rector de la UNAM, en el proceso para la dirección de la Facultad de Filosofía y Letras. Muy impresionante. Lo conocí hace cuatro años cuando aspiré a la dirección de la Facultad, se acordaba de esa escena, de ese instante otro, de hace cuatro años. Y no fue retórica, sino fehacientemente me señaló un punto en el que constaté que ahí habíamos estado. Todo esto es como un revival, una otra escena en donde me vi con él pero en otro espacio, en otro tiempo, en otro instante, en otra situación. A veces creo que las cosas se suceden de manera tan extraña que no puedo más que aceptar el azar, y no la causalidad, de las cosas y de las palabras que gestan nuestro vivir: el discurso, la trama de las cosas dichas. Podría decir que el interés que mantengo, respecto del discurso, no está dirigido tanto a la estructura lingüística que hace posible tal o cual serie de enunciaciones sino al hecho de que nosotros vivimos en un mundo en el cual ha habido cosas dichas. Estas cosas dichas, en su realidad misma de cosas dichas, no son, como tenemos demasiada tendencia a pensarlo a veces, como dice Foucault, "una suerte de viento que pasa sin dejar huellas"; ellas subsisten, y nosotros vivimos en un mundo que está todo tramado, todo entrelazado de discurso, esto es, de enunciados que han sido efectivamente pronunciados, de cosas que han sido dichas, de afirmaciones, interrogaciones, discusiones, de palabras que han significado y han sido dichas, etc. y que se han ido sucediendo. En esa medida, no se puede disociar el mundo histórico en el cual vivimos de todos los elementos discursivos que han habitado este mundo y lo habitan aún: entonces ahí estamos el Rector de la UNAM y yo, en una escena única, en un mundo en el que se dijeron cosas y que quedan ahí, como cosas dichas.
Muy impresionante, no lo sé, si el hombre o la investidura, la persona o lo que simboliza. Creo que ambos, creo que está dentro el uno del otro. Finalmente no puedo decir que con esto acaba la historia, no, uno compite para "ganar", no para competir. Y eso es lo que quiero: ganar la dirección de mi Facultad, de la de todos los que hemos construido esos espacios y esos símbolos en los que nos vemos, nos reconocemos, somos. Quiero ser el director de esa gran Facultad, llena de cosas dichas, de cosas que efectivamente se dijeron y que están en los pasillos, en sus aulas, en cada uno de esos rincones en los que nos reconocemos. Es ahí donde quiero ganar mi voluntad de servir a mis alumnos, a mis compañeros, a todos con quienes he compartido lo que soy, un profesor, un honesto profesor.

KLEZMERSON


Hoy fui a la Gandhi, empecé a buscar un libro de Bauman y escuché unos acordes extraordinarios. Fui a la parte alta de la librería: efectivamente era Klezmerson, lo pongo en mayúsculas mejor: KLEZMERSON, una banda que toca música tradicional judía. Ellos experimentan con la fusión de sonidos, ritmos, con percusiones árabes como darbuka y daouli, con instrumentos griegos como el bouzouki, y con batá. Intercala ritmos gitanos y latinoamericanos utilizando el Dobro, la guitarra huapanguera y la jarana veracruzana. Extraordinario concierto. Me recordó de inmediato las tradiciones, esa herencia milenaria que, como dijo Derrida, es herencia y ella es irrenunciable. La escuché y pensé en mi Facultad, en lo que descubrí: una tradición de bloggers, de artistas, de poetas, escritores, pensadores en ciernes, todo esto me maravilló. Cuando escuchaba a KLEZMERSON me preguntaba al mismo tiempo: ¿Cómo unir esos esfuerzos de esos alumnos de la Facultad, cómo unir todos esos talentos que se desperdigan en miles de pequeños espacios en la red? Hay algo de lo extraordinario jugándose ahí. Algo que apenas podemos advertir por el quiebre de las generaciones, por el quiebre del discurso. ¿Cómo unir esa semántica que está ahí, como dispuesta a entregarse para que se una en un aliento largo, como uan de las piezas de este magnífico grupo. ¿por qué no hacerlo? ¿Qué es lo que nos ha impedido hacerlo? Creo que la cerrazón de nuestras miras. Podríamos unir, crear redes de disciplinas que permitan que esos talentos se encuentren, discurran, conversen, sólo hay que unir, tener la disposición y la apertura a la altura de nuestro tiempo. ¿Por qué no? Es sólo un pequeño empujón, nada más, no se necesita más, los jóvenes tiene su marcha propia, no pensemos que les podemos dar muchas cosas, eso es mesianismo, y como en todo mesianismo siempre hay algo de desprecio.
Cuando leí mi proyecto de trabajo en la Facultad dije que había que salir a las calles, intervenir el mundo que nos rodea de tal forma que él nos pertenezca. No hay otra forma de hacerlo más que tomando los medios en la comunidad se hace escuchar y se presenta: Los blogs, los espacios como el Myspace, el Facebook, etc. El sonido de KLEZMERSON nos da la pauta: lo nuevo y lo viejo, lo de ayer y lo de hoy, esa mirada transida de pasado pero con la expectación de lo que vendrá, haciendo que llegue. Nuestras raíces son las humanidades, y ellas son las que nos permiten volver los ojos al futuro, tenemos nuestro mundo que cambia, pero como el viejo río de Heráclito, siempre es nuevo si lo permitimos. KLEZMERSON hunde sus raíces en la tradición, pero se atreve a experimentar. Finalmente eso es lo que necesitan las humanidades hoy en día.

MI UNIVERSIDAD


Esta es la introducción que preparé para el resumen del Plan de Trabajo. Son breves las reflexiones, pero creo que tengo que compartirlas con todos Ustedes:

Nuestra época está dominada por las llamadas sociedades del conocimiento, y es ahí donde podemos preguntarnos por el papel que cumplen las humanidades en la constitución de lo social, de lo político y de lo humano. ¿Cómo se forma en humanidades? ¿Cómo hacerlo de manera particular en la vida universitaria, en tanto ámbito de la educación superior? Y, sobre todo, ¿cuáles son las relaciones que mantiene con las ciencias y con la tecnología para que ellas respondan a los nuevos retos que se plantean desde esos espacios del conocimiento?
Las humanidades tienen que dimensionar nuevamente su papel en el cambio social, político y tecnológico de la misma. Las humanidades no pueden quedar marginadas y angustiosamente amenazadas por presiones pragmáticas y urgencias sociales. Antes bien, ellas son un camino, un espacio donde la reflexión tome asidero y realidad
Hay que abrir oportunidades para nuestros alumnos, abrir espacios para nuestros profesores, en todos los medios, en todos los lugares, creando una nueva forma de entender las humanidades. Necesitamos plantear nuevas alternativas, aprovechar todo el potencial tecnológico para aplicarlo a las humanidades y que ellas se desenvuelvan en este nuevo ambiente. La tecnología ha sido siempre un medio, no es un fin. La Facultad tiene que volver sus ojos a la Sociedad.
Tengo la convicción de que nuestra Facultad tiene que estas a la altura del crecimiento de los acervos de conocimientos científicos y tecnológicos presentan oportunidades para el desarrollo de la educación superior, como es la Internet, la Intranet, el acceso a bases de datos, la enseñanza a distancia, la construcción de redes virtuales de intercambio, la flexibilidad en el proceso de formación, el fácil acceso a la información y a su distribución por medios electrónicos.

Hoy tuve mi entrevista con el Secretario General de la UNAM, excelente experiencia, las preguntas que me dirigió fueron certeras y es importante porque se advierte las preocupaciones que tiene, si no la UNAM, sí él por el entorno académico de la Facultad. Y ¿cómo no preocuparse por nuestra Facultad? ¿Cómo no mostrarse preocupado ante el deterioro que ha ido ejerciéndose en los alrededores? Son tan graves que para muestra basta un botón: venta de pulque, el chino vende rompope, aparte de café y té (no tiene nada de malo, claro, sólo diagnostico), peluquería con paisaje, piratería al por mayor, de películas es enorme, de programas de computadoras son enormes, ropa de segunda mano, y de "primera", artesanía de todos los órdenes y en todos sentidos, platería, y libros, y más libros, esto es lo mejor, quizá porque como desde hace años, acostumbro a comprar libros en los tiraderos de la Fac.
Yo he propuesto que se pongan unos locales en las escaleras que van a las islas, solución como la que dio el Dr. Narro hace tiempo en Medicina. Recuerdo ahora que alguien señaló que pondría una plaza, claro de mala fe, como fue es su talante, cuando le espeté lo anterior, se calló, ya no se rió porque el de la idea fue Narro y no yo. Cosas veredes, como decía aquél... Como sea, ahora viene el rector, una entrevista con él,me gusta, me apetece, es un hombre de estructura. La pregunta es si saldré en la terna..., Mi pareja me ha dicho que lo peor que me puede pasar es que saliera vencedor de la contienda. Lo pienso, no lo creo. Me gustaría ser director de mi Facultad, claro, uno no contiende para perder, sino para ganar. No creo en eso que dicen por ahí que lo importante es competir, no, nunca, es falso, creo que lo dijo un perdedor.

Vaya con los métodos


Pensé que estarían todos los proyectos de trabajo de los contendientes a la Dirección de la Facultad, pero no fue así, luego de las promesas... nada. Mal y de malas comenzamos con todo esto, porque ¿qué les costaba? Si finalmente iban a subir sus proyectos en la página de la Facultad: total: gratis, sin esfuerzo, declaradamente con la ayuda "de todos", nuevamente "arrasando".
Pero ni así. En fin, no quiero decir nada más que los métodos que no me gustaron y que ahora, luego de casi 48 horas de meditar y meditar sobre las votaciones me doy cuenta de que o es una tontería que no legitima nada o sólo es un montaje que a nadie y a nada ayuda.
Cómo queremos democratizar nada si no participamos, si los ejercicios como éste nacen casi abortados por las prácticas, por los rumores, por radio pasillo, por las deslegitimaciones que hicieron muchas personas, que si entra al proceso fulano, que si no entra, que si somos íntimos de no sé quién, que si somos enemigos de no sé qué otro. Puffff, quiero seguir sí, pero las formas cada vez me gustan menos. Al final nadie piensa en el sujeto de la cuestión: el alumno.

De a de veras


Hubiera creído que alguien iba a hacer un comentario. Pero nada. Ni sus luces. La verdad es que me parece penoso esto de las votaciones en la Facultad. Ni siquiera un 10 por ciento de la población votó. ¿No es como lo que sucede en el País? Mmmm, si yo les contara..., pero por ahora me siento mejor, el lunes voy a la entrevista con el Secretario General de la UNAM, creo que todos haremos esto. En fin, primer paso, primer encuentro con lo real.

AGRADECIMIENTO


Este es el Faro del Fin del mundo. Me gusta porque siempre he creído que mi mundo, La Facultad, ha sido eso, justo, el Faro del Fin del Mundo: un faro que ha iluminado todo, mis alegrías, mis tristezas, mis dolores más brutales, lo inaceptable. No sé qué sería de mi existencia si la Facultad no hubiera estado ahí, siempre, como el Faro del Fin del Mundo.
Hoy pude constatarlo. A pesar de que tengo 33 años de profesor en la facultad, cuando fui hoy a las 9:45 de la mañana lo hice tenso, endurecido por el temblor interno de hablar ante mi comunidad, mía por derecho propio, mía porque me ha aceptado y me ha dado todo lo que soy. No había más que dos personas. A las 9:55 estaba ya a medio llenar el Aula Magna y cuando empecé a hablar el Aula estaba llena. A las 10:05 no se podía dar un paso, tuvieron que abrir las Aulas 1 y 2 para que se escuchara por televisión lo que yo decía. Por minutos la tensión crecía y mi boca se secaba, y de vez en vez subía la vista hasta el final para ver rostros conocidos, rostros familiares. Todos me parecieron entonces míos, todos eran mis amigos, los de siempre, todos los rostros eran al final uno, Mi comunidad, la del Faro del Fin del Mundo. Cuando vinieron las preguntas yo estaba ya sobre un camino que era el de apelar al cambio, a la transformación de nosotros mismos para dejar el ensimismamiento y luchar por seguir siendo el Faro del Fin del Mundo. La última pregunta que me hicieron fue: que si dejaría de dar clases al llegar a la Dirección. Me conmovió, porque ahí estaba el Faro del Fin del Mundo nuevamente, ahí estaba esa apelación a todo lo que soy: claro que no, respondí, porque sería mi muerte. El rumor de complacencia fue uno, los aplausos fueron todo, el calor de amistad, de reconocimiento, fue nuevamente, como el Faro del Fin del mundo.
Gracias, gracias a todos los que han hecho posible este momento, un Faro en la niebla, un Faro en la oscuridad, Un Faro del Fin del Mundo, siempre ahí, para que nos guíe. Gracias

UN CAMBIO, NI MODO


Me quedo muy impresionado de los silencios, de los quiebres que se dan en este ir y venir de las palabras y las cosas, como Foucault. Me hubiera gustado que todos pusieran sus Blogs, que discutiéramos los planes de trabajo, pero no ha sido posible. Seguramente será para otro tiempo.
Sé que en la Facultad el ambiente se ha ido haciendo pesado, denso, pero qué le vamos a hacer. La Dirección de la Facultad es un puesto extremadamente duro, pero que, al menos, hay cinco personas que quieren ser distinguidos por la comunidad, por el Rector y por la Junta de Gobierno para ese cargo que dura cuatro años. Tenemos el ejemplo de insignes maestros que han dirigido los destinos de la Facultad, no como iluminados, no, sólo como personas que son capaces de coordinar proyectos, dirigir esfuerzos para que éstos no estén atomizados sino que tengan destinos comunes; directores que han sabido dar un espacio a la academia, sin duda, lo más importante. Somos una Facultad, donde lo más importante es la docencia, y esto creo, es lo que ha ido perdiéndose por el hecho de que estamos sometidos a una suerte de "productividad" que en humanidades es difícil de medir. ¿Cómo medir el estudio del Quijote, por ejemplo? Hay un gran maestro de la Facultad que ha dedicado toda su vida a ello, ¿por esto mismo no podría estar en los puntos? ¿Cómo medir la pasión por Proust o por Joyce? ¿Cómo evaluar la revolución que representó en el estudio de la historia Hayden White? ¿Cómo estudiar en dos semestres la Fenomenología del Espíritu de Hegel? ¿Y el conocimiento de la Geografía, de sus aportes a nuestra realidad como el observatorio meterológico del Colegio de Geografía? o los estudios metodológicos que se hacen en el Colegio de Pedagogía?
No, pareciera que no hay lugar para todos estos estudios si no se someten a un difícil e intemperante hoyo negro llamado puntaje, efectividad, productividad. Sí, productividad sí, claro pero con criterios distintos a las ciencias, con bases diferentes a el conocimiento positivo. Nadie se niega a ser evaluado pero con criterios que no permitan la discrecionalidad.

Poder prometer


"Creo que los estudios humanísticos deben permanecer como una parte esencial de nuestra formación cultural y de nuestras vidas, entre otras razones, porque responden a la necesidad de encontrar sentido a la vida y al ansia de identidad individual que siente el hombre hoy no menos que en el pasado" (A.Bullock, La Tradición Humanista en Occidente).

Con esto de la contienda por la dirección de la Facultad, me percato de que algo que estará ahí, en el tapete del juego, es la promesa. Me temo que por ser como soy tengo que recordar aquí algunas cuestiones que son como látigos en medio de la tormenta: Una característica más importante que la de poder engañar o ser engañado es aquella en la que Nietzsche vio la base de toda civilización: la capacidad de prometer. El hombre, nos decía Nietzsche, es el único animal que puede prometer y aquí reside el núcleo de su condición social. En la Genealogía de la Moral se nos habla de la terrible violencia con la que los primeros manipuladores de la humanidad, los grandes valoradores que fundaron al hombre, tuvieron que grabar a fuego en las conciencias y, sobre todo, en las memorias la obligación de acatar las promesas. De tal modo que la capacidad misma de prometer parece derivar de una manipulación primera, aunque quizá fuese una coacción original que trató al hombre como a una cosa precisamente para que dejara de ser cosa. Fuera como fuese, creo que aquí sí hay algo que realmente escapa a la cosificación. Cuando los hombres prometen y cumplen, se portan unos a otros de una forma totalmente distinta a como lo hacen respecto a las cosas. Eso es lo que está en juego.