Presentación de libro



Encuentro de Biblioteca
NEL-Delegación México D.F. - Noviembre
Presentación en México del primer libro de la NEL-Delegación México D.F.
Lectura del caso en la práctica
de orientación lacaniana
Grama Ediciones
Presenta: Marcela Almanza* Coordinadora de la NEL-Delegación México D.F., Miembro de la NEL, EOL y AMP.
Comenta
Faride Herrán*
Coordina
Ana Viganó*
Viernes 6 de Noviembre de 2009
18:30 a 20:00 hrs.
Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM
Salón # 006
Entrada Libre y Gratuita
Informes: info@nel-mexico.org
*Los disertantes son integrantes de la Delegación NEL- MéxicoD.F.
La Comisión de Biblioteca de la NEL-Delegación México D.F., junto con el Grupo de Investigación "Reflexiones Marginales" de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM le invita a un nuevo Encuentro de Biblioteca del ciclo 2009: Presentación en México del primer libro de la NEL-Delegación México D.F. “Lectura del caso en la práctica de orientación lacaniana” (Grama Ediciones)
“En Agosto del 2009, el Comité ejecutivo de la NEL, de común acuerdo con los Presidentes de la AMP, Eric Laurent, y del Consejo de la AMP América, Leonardo Gorostiza, decide crear la Delegación de la NEL en México-DF. La Delegación se crea a partir del Grupo Asociado a la NEL, ALEP, quien de ahora en adelante se llama NEL-Delegación México DF. Dentro de este marco institucional, este libro surge como producto de una serie de actividades realizadas hasta el momento, del aporte de valiosos textos y del trabajo de sus integrantes. Un seminario que impartió en México, en Marzo de 2008, nuestra colega de la NEL-Miami Alicia Arenas, quién abordó diversos conceptos asociados a la cuestión de qué es un caso para el psicoanálisis. Bajo el título“Lectura del caso en la práctica de orientación lacaniana”, nuestra colega propone un amplio recorrido teórico-clínico que abarca el pasaje de la clínica del síntoma a la clínica del sinthome. Movimiento basado en el paso de una clínica del Otro a una clínica del Uno, cuestión que implica también el paso de la dinámica del Nombre del Padre a los Nombres del Padre. […] La interesante conferencia pública que Alicia Arenas impartió bajo el título “El psicoanálisis, una terapéutica que apunta a lo real” nos introdujo en la perspectiva de plantear, frente al avance de la ideología científica y las segregaciones renovadas, con qué herramientas opera el psicoanálisis para aliviar el sufrimiento humano, dentro de coordenadas que no son susceptibles de mediciones cuantitativas, protocolos diagnósticos, o evaluaciones vinculadas a ideales de salud o felicidad. […] También incluimos en este volumen la conferencia pública que impartió en México, en Noviembre del 2007, nuestro colega de la ELP y de la NEL- Bogotá, Enric Berenguer, quien bajo el título “La dimensión social del síntoma” se refirió a la compleja articulación entre las dos caras antinómicas del síntoma: el núcleo de goce de naturaleza pulsional -en tanto lo más opuesto a todo vínculo- y el sentido, que a su vez supone un paso necesario por el Otro. […] Contamos con el valioso aporte del texto de Eric Laurent “El caso, del malestar a la mentira” que, partiendo de la evolución del relato del caso dentro de la historia del psicoanálisis, y basándose en diferentes modelos, arriba a la perspectiva propuesta por el psicoanálisis de orientación lacaniana y las consecuencias que de esta concepción se derivan para nuestra práctica. También forma parte de este libro, un texto de Juan Fernando Pérez sobre “Las clasificaciones y lo singular” que nos lleva a reflexionar –entre otros temas- sobre el estatuto del diagnóstico, los estándares y las clasificaciones en la época actual, diferenciando una clínica tomada por ese sesgo -que forcluye la singularidad- de una clínica orientada por la dimensión del juicio y del acto.
Finalmente, los integrantes de la NEL-Delegación México D.F. (Marcela Almanza, Viviana Berger, Antonino Bori, Fernando Eseverri, Faride Herrán y Ana Viganó) aportamos algunos textos que abordan la temática del caso desde diversas perspectivas, en la senda de sumar nuestro trabajo al de nuestros colegas.” (Marcela Almanza, extracto del prólogo del libro)

LA TEXTURA DEL MAL


Acaba de publicarse este libro. No es para emocionarse, trata del mal. Apenas si he podido acercarme a él. Es prácticamente inabarcable, intocable, impronunciable. Y puedo estar persuadido que no existe una filosofía del mal, como tampoco no existe una filosofía del mal que forme un sistema. Lo único cierto es que cada época inventa sus propios protocolos, sus aprioris, sus verdades, en fin, para afrontar y a la vez exorcizar esa región que designamos como el enigma del mal. La experiencia humana del mal se da sólo a través de esas estructuras que forman las epistemes de una cultura determinada, y tal experiencia no deja por eso de contener una invariante, que es el enigma mismo. El mal, es ese “corazón de las tinieblas” del que nos habla Conrad. Porque la pregunta por el mal es una pregunta destinada a no ser agotada, de hecho a cada paso se nos ofrece una nueva perspectiva, un guiño distinto, una extensión mayor o menor, pero siempre ahí algo se escapa, algo deja de ser nítido y se vuelve oscuro, denso, confuso: el mal. “El mal pertenece al drama de la libertad humana. Es el precio de la libertad”, dice Safranski. Quizá sea cierto, quizá sea este el drama

Y LOS HOMBRES SE OLVIDARON DE LOS DIOSES


Hacía tiempo que no escribía en este blog. Sucede que he estado agobiado con tanto trabajo. Una conferencia aquí, otra allá, revisión de tesis para alumnos, lectura de capítulos en otros casos: muchas veces muy largos, extremadamente largos. A veces creo que sólo leo ya a mis alumnos y que lo que tengo yo que leer es casi nulo porque no me queda tiempo. En fin, no debo de quejarme porque a fin de cuentas esto es lo que me gusta. He renunciado a muchas cosas por lograr alcanzar esta clase de felicidad y el tiempo me ha dado la razón pues he sido inmensamente feliz en mi mundo académico.
Terminé hace poco con el III Congreso Internacional de Filosofía y Psicoanálisis (Con)fines del arte, fue inmejorable. Hubo sus cosas pero no hay por qué quejarse, ¿o no? Supongo que no, que no debería de hacerlo. En fin. Diré que luego nos fuimos al Congreso sobre fenomenología y Ontología sobre la técnica. Me encantó. Estuve francamente muy contento porque conocí a una serie de filósofos muy interesantes: Carlos Másmela es uno de ellos. Es un señor increíble. Su trabajo es realmente impecable.
Yo dejaré sólo la entrada de mi ponencia aquí: Y los hombres se olvidaron de los dioses
En la frase “hay información”, como señala Sloterdijk (Sloterdijk, 2001), hay mezcladas otras frases: hay sistemas, hay recuerdos, hay culturas, hay inteligencia artificial, podríamos decir que igual todo ello conforma lo que en su momento Deleuze llamó “dispositivos”, es decir, líneas de lo visible y lo decible, regímenes definibles, con sus variaciones y transformaciones. De esta manera, cuando señalamos que “hay genes”, como una forma de dar a entender que el “genoma humano” es casi un hecho ya en nuestras vidas, esa simple frase sólo puede ser comprendida como el resultado de una escenario nuevo: muestra la transferencia exitosa de un espacio a otro. Y ésta es una ganancia que permite abordar poderosamente la realidad, y de pronto nos hace comprender que el interés en figuras de la teoría tradicional tales como la relación sujeto-objeto, verdad, realidad, libertad, posibilidad, materia, forma, esencia, accidente, entre otras, disminuya. Incluso la constelación de yo y mundo pierde mucho de su prestigio, sin hablar de la gastada oposición individuo-sociedad.
Nadie podría haber asegurado que este escenario, uno entre muchos, se hubiera gestado por el descuido u omisión de un personaje que señala el desaseo de un principio en nuestra historia y que está ya narrada en el mito. Y no es cualquier cosa, porque “...los mitos tienen una función significativa en la vida de una sociedad primitiva o arcaica: explican el mundo, justifican los hábitos y los ritos, ofrecen las causas de las pautas de comportamiento y relatan por qué las cosas son de un modo determinado” (García Gual, 1992: 82). Nicole Loraux nos decía que “… los mitos están presentes en todas partes; manifiestan el espacio de la ciudad, donde dibujan los recorridos, donde forman las constelaciones, complejos nudos de tensiones y de relaciones” (Loraux, 2007: 57). Esa función significativa, esas constelaciones dibujadas en los recorridos que restauran la memoria de los pueblos son las que hacen de Prometeo el padre mitológico de la técnica y del progreso tecnológico. Pero lo hacen porque Epimeteo, su hermano gemelo, pecó de omisión. En su aventura de dar los dones a los seres de la naturaleza se olvidó del hombre a quien dejó desnudo y desarmado, y esa doble condición precaria será la que alimentará de manera secreta la peculiar situación de su humanidad, siempre marcada por la “conciencia de su fugacidad”.
(toque aquí si quiere leer toda la ponencia..., no recomendable, pero es opcional)

NO PUDE RESISTIRLO


Esta es una foto de La Jornada, la subió a su Facebook Ana García Bergua y no pude resistir poner la foto del "Gordo regañado", "Gordo tonto y feo, malo". Espero que quepa, está tan gordo

III SIMPOSIO DE FILOSOFÍA Y PSICOANÁLISIS: "(CON)FINES DEL ARTE"



III Simposio Internacional, Filosofía(s) y Psicoanálisis:
“(Con)fines del Arte”
Coordinadores:
Armando Casas, Alberto Constante, Ignacio Díaz de la Serna y Leticia Flores Farfán

22, 23, 24
DE SEPTIEMBRE DE 2009
AULA MAGNA, FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS, UNAM

PROYECTO PAPIIT IN405108 Filosofía(s) y Psicoanálisis.
PROYECTO PAPIME PE402007 Filosofía(s) y Psicoanálisis, saberes de fronteras
MARTES 22 DE SEPTIEMBRE

9:45 a 10 hrs. Inauguración:
Dra. Gloria Villegas, Directora de la Facultad de Filosofía y Letras;
Mtro. Sealtiel Alatriste, Coordinador de Difusión Cultural
Mtro. Armando Casas Director del CUEC
Dra. Rosa Beltrán Directora de la Dirección de Literatura
Dr. Alberto Constante, Grupo Reflexiones Marginales

Mesa 1
10 a12 hrs.

Antonio Marino Tres exploraciones literarias de los límites de lo humano: Primo Levi, Vassily Grossman y Aleksandr Solzhenitsyn
Rosa Beltrán El relato sin historia: los medios electrónicos y la literatura
José Luis Barrios Los confines del gesto: la pintura de Francis Bacon
Moderadora: Leticia Flores Farfán

Mesa 2
12 a 14 hrs.
Jorge Ayala Blanco Los confines del cine actual
Pablo Soler Frost Fronteras de la imagen cinematográfica
Carlos Narro Liberar al cine del teatro y la literatura
Moderador: Armando Casas

Mesa 3
17 a 19 hrs.
Marcela Almanza Elogio de la sombra, del detalle a la invención
Verónica Volkow Michael Calderwood y las poéticas del agua
Horacio Potel Cuestiones de herencia. Fantasma, duelo y melancolía en Jacques Derrida.
Susana Bercovich Existencias estéticas
Moderador: Alberto Constante

MIÉRCOLES 23 DE SEPTIEMBRE

Mesa 1
9:30 a 11 hrs.
Carlos Mendoza Cine documental, las trampas de la creación
Patxi Lanceros Contemplando. Una pasión a oscuras.
Víctor Gerardo Rivas De cómo la literatura se vierte en el cine.
Moderador: Ignacio Díaz de la Serna

Mesa 2 SALÓN DE ACTOS
12 a 14 horas
Vicente Quirarte Esa visible oscuridad: escritura y depresión
Gerardo de la Fuente y
Leticia Flores Farfán Confines de la crueldad
Crescenciano Grave La apófansis simbólica del límite
Moderador: Zenia Yébenes

Mesa 3
17 a 19 hrs.
Felipe Coria Oscuridades
Fernando Bayón Nada hace lo que el Arte hace. Y otras mentiras en el tiempo de la ruina de la experiencia
Alfonso Herrera Arte-factos del goce
Silvia Durán Cine y arte
Moderador: Gerardo de la Fuente

JUEVES 24

Mesa 1
10 a 12 hrs.
Zenia Yébenes Performance: ascetismo, ritualización y arte contemporáneo
Viviana Berger Acerca de los confines entre el autor y el inconsciente
Germán Plascencia El arte frente al poder de la razón
Moderador: Ignacio Díaz de la Serna


Mesa 2
12 a 14 hrs.
Carlos Másmela Hölderlin y la tragedia
Ángel Xolocotzi Fines y confines del arte escrito. Acotaciones epistolares heideggerianas
Gabriel Weisz Golem del arte
Ana Viganó Hacer el amor, en la mira. Por una suspensión del tiro de gracia sobre poetas y analistas
Modera: Leticia Flores Farfán

Mesa 3
17 a 19 hrs.
Ma. Antonia González Valerio La angustia (entre la estética, el arte y el psicoanálisis)
Rosario Herrera Filosofía, psicoanálisis, literatura y escritura
Víctor Novoa Freud y Proust. Psicoanálisis y tiempo en la escritura
Moderador: Alberto Constante


19:10 Clausura por parte de los organizadores

SE DARÁ CONSTANCIA DE ASISTENCIA REGISTRÁNDOSE EN LA MESA DE FIRMAS

LAS TEXTURAS DEL MAL


La fotografía es de Tatiana Parcero.
Éste es el prólogo del libro que se está editando y del que hablaré más tarde. Quiero compartirlo con todos Ustedes, porque nos atañe.

¿Qué es el “mal”? No lo sabemos pero nos rodea, está presente por todos los lados, nos circunda, y a veces parece ser el límite de nuestro propio ser o la expresión de nuestra libertad; el mal está presente, nos lo hacemos y nos lo hacen presente, camina entre escombros o de pronto parece transitar con “pasos de paloma”. Pensamos en el bien como una suerte de contrapartida al mal y las cuentas no nos salen en la aritmética de la vida. Lacan escribió que “Definir lo bueno no es una cuestión de frontera, es un nudo interno. No se trata de saber lo que se distingue de lo que será verdad o no, que las cosas sean buenas o malas: ellas son. Es decir que es del bien, que se hace nacer el mal, no que eso sea ello; que el orden del lenguaje viene a recubrir la diversidad de lo real”. En otro lugar Lacan precisó que “es el mundo de las palabras el que crea el mundo de las cosas”. Cuánto peso para la realidad del lenguaje y cuánta responsabilidad la nuestra que con solo pensar el mal le estamos dando peso, consistencia, textura, trama, fisonomía. Lo ponemos delante de nosotros en esos renglones torcidos en los que Dios escribe recto. Y el mal cobra realidad por su sola mención, por su evocación, por las múltiples formas en las que se presenta y por las diferentes maneras en las que existe por nuestro lenguaje: “Es la introducción del lenguaje que hace surgir la travesía del mal en el campo del bien” .
Foucault afirmó que en toda cultura existen unos códigos fundamentales (los que rigen su lenguaje, sus esquemas perceptivos, sus cambios, sus valores, la jerarquía de sus prácticas entre los que está también la noción del mal o las nociones del mal) que fijan para cada hombre los órdenes con los cuales tendrá siempre que ver y dentro de los cuales encuentra su propio rostro. Lo mismo sucede respecto de eso que llamamos orden y que se desglosa sin más en teorías científicas como interpretaciones filosóficas y que quieren explicar el por qué existe un orden general y la ley dentro del que queda subsumido. Por ello seguimos preguntándonos por los principios que pueden dar cuenta de él, por qué razón se establece este orden y no otro. En todos los casos la pregunta por el mal queda enarbolada, y semioculta porque pareciera que no hay respuesta o si la hay no es algo que se comenta sino que subyace, repta, circula, se pega a las palabras con enorme ansiedad sin que podamos siquiera percatarnos que es precisamente en el lenguaje donde se hace presente. Qué duda cabe: “hay un costado maligno del lenguaje” . Una mala lectura, una mala interpretación, una torcedura a propósito de todo lo que se nos presenta porque lo que queremos es la presencia del mal.
Escenografía compleja en la que se puede representar el mal, como en el Malleus. Ahí, la conclusión visible y violenta está destinada a causar alteración en el espíritu de todos, ella está precedida por largas instrucciones y por un procedimiento sacramental dominico, de los endemoniados dominicos: lo significativo aquí es decididamente, menos el pulular de lo demoníaco y de su bestiario, que la multiplicidad y la complejidad de los ritos simbólicos mediante los cuales esa inminencia del mal se encuentra a la vez exhibida y conjurada, traducida en un lenguaje que permite su eclosión pero que limita sus estragos y finalmente la transfigura en bien - al menos para quienes creen y el “poseído” es un creyente-.
En la Antígona, Sófocles había escrito que “el mal le parece un bien a aquel cuyas phrénes (mente) un theós (un dios) conduce a áte” . Eco, quizá de aquello que en la Odisea se inscribe para los tiempos venideros: “Voluntad ello fue de los dioses que urdieron a tantos la ruina por dar que cantar a los hombre futuros” . Consuela imaginarnos como artistas de una obra de teatro donde los dioses nos han tomado en cuenta para infligirnos heridas tales que nos hacen ser, para siempre, actores de nuestro propio drama. Ovidio supo como nadie que el mar subterráneo del hombre se agota en frases que nos enseñan a no claudicar. Consolémonos entonces pensando que acaso sea cierto que: Ingenium mala saepe movent .
No es baladí que sea la introducción del lenguaje la que hace surgir la travesía del mal. Porque el lenguaje mismo se convierte en figura de la historia. A medida que las cosas piden a su devenir el principio de su inteligibilidad y abandonan el espacio de la representación, el hombre y el mal entran en el campo del saber occidental. El mal entra como dispositivo . No deja casi nada de lado. Lo más importante es la naturaleza del vínculo que puede existir entre estos elementos heterogéneos. También se observa su contenido de control social al tener que responder a una urgencia (crisis institucional de los mecanismos de poder en el sistema dominante), y cumplir una función estratégica de sujeción, de aniquilamiento, de dolor inscrito en el corazón de los cuerpos y de los discursos que nos configuran. El mal se presenta de múltiples modos y formas, algunas de ellas cotidianas que muchas veces se pueden volver ominosas. El mal, como el bien se dice de muchas maneras: hay muchas formas de mal y muchas maneras de hablar del mal y de manejar el término “mal”. Aristóteles dice que si el “bien” es un término análogo el “mal” no lo es menos.
Estas historias narradas aquí sólo son eso, pequeñas arqueologías en las que se articulan sentidos, dicotomías que devinieron reales a fuerza de ser nombradas, espacios culturales que se hicieron presentes por la convocatoria de que fueron precisas; una lógica binaria de la que parece es imposible escapar. Y al mismo tiempo quiero fingir que estoy en un viaje turístico, camino sobre las baldosas de esa gran ciudad, me pierdo en ella, como se puede uno perder en el mal, y de pronto, sin advertirlo, estoy de cara al viejo Cementerio Judío (Starý Zidovsky Hrbitov). Como visitantes entro a un enorme patio cercado por unos muros enormes que resguardan a los muertos de la intemperie del tiempo y lentamente se distribuyen entre un cúmulo de lápidas, que desde siglos andan tropezándose unas con otras. Este es el barrio y antiguo gueto de Josefov y estoy en Staré Mesto una de las partes más antiguas de la ciudad de Praga, como recuerdo de Kafka, como recuerdo de Joseph K.
El antiguo cementerio hebreo no acoge a nadie en sus fosas desde 1787, pero hasta ese año, y desde el siglo XV, sus tumbas recibieron a todos los judíos praguenses fallecidos y durante mucho tiempo se fueron amontonando en ese rincón del gueto. Paradoja: un símbolo que llevaba a los difuntos por el mismo camino que a los vivos, a su secular hacinamiento humano (o inhumano) a que fueron recluidos todos los habitantes de religión y linaje judía en las ciudades de Europa. Se dice que los cuerpos ahí enterrados suman aproximadamente unos 100.000, y pese a la abrumadora y escandalizada sensación de ver este recinto tan restringido, tan cerrado, tan pequeño, se me hace algo difícil de creer, aunque recuerdo el Gueto de Varsovia y mi mente se acomoda a lo imposible. El caso es que el fenómeno parece ser real porque en cada fosa se fueron apilando los cuerpos de los allí sepultados.
La tumba más conocida es la del rabino Loew, un sabio alquimista de finales del siglo XVI que, según dice la historia oficiosa de la Cabala, fue el creador del legendario Golem, una criatura modelada con el barro del río Moldavia y que tomaba vida cuando el rabino introducía en la boca de su monstruo una tablilla con una inscripción mágica.
Las sombras del antiguo cementerio judío forman una malla de siluetas desequilibradas a los pies de tantas lápidas torcidas y superpuestas, aquello parece un jardín encrespado de estelas con inscripciones en yiddish. El espacio bucólico parece dormitar y cuando el cementerio cierra sus puertas, el lugar se convierte en un agitado centro de sentimientos evocadores; un hueco de paz tan sólo agitado por el temblor sutil de los papelitos de homenaje que los devotos dejan sujetos con pequeñas piedras sobre las tumbas de los patriarcas hebreos y que, al transcurrir de los siglos, han sido manchadas por la ignominia de los signos nazis. El mal está presente y toma muchas formas.
¿Por qué hablar entonces del “mal"? Porque ese mal es la indiferencia absoluta ante la humanidad del otro. El “mal” sin atenuantes es ese espacio en el que no hay lugar para el amor ni el odio. Es la ausencia de cualquier afecto que distinga entre propios y ajenos, o entre unos y otros, es una condición necesaria para causar el daño más extremo. La fría malignidad que se apropia de los destinos ajenos tomando la forma de la muerte. Todo condensado en el discurso del mal, en la textura del mal, en la idea de que la fuerza del discurso envuelve su contenido pero no se resume en él. Todo pasa como si prohibiciones, barreras, umbrales, límites se dispusieran de tal forma que se domine, al menos en parte, la gran proliferación del discurso sobre el mal, ese discurso que hace que el mal mismo sea convocado: “Es la introducción del lenguaje que hace surgir la travesía del mal”, y tenga una realidad desoladora, de manera que su agravamiento se dé en la parte más peligrosa y que su desorden se organice según figuras que no esquivan sino que toman para sí lo más incontrolable; en el discurso sobre el mal todo pasa como si se hubiese querido borrar, hasta las marcas de su irrupción, en los juegos del pensamiento y de la lengua.
En el discurso del mal todo parece ponerse en cuestión. El mismo Lacan escribió que “el lenguaje es un mal útil” . La textura del infierno, los pactos demoníacos que firmó Christoph Haizmann, el nazismo injustificado de Martin Heidegger y finalmente su reverso: la metafísica de Dios, todo constituye la descripción de una cartografía del mal. Exactamente como cartógrafo he querido recorrer el relieve de las formaciones discursivas de ese mal que se ha configurado por distintos dispositivos remarcando líneas de dispersión, líneas de permanencia, zonas de confluencia. Esta cartografía quiso emprender el análisis de algunas prácticas en las que los enunciados se expanden, se multiplican, se reproducen, y se presenten, cobren fisonomía y rijan el juego de interpretación de posibilidades de la experiencia en una época dada. Es cierto, qué duda cabe: “hay un costado maligno del lenguaje”, “porque el lenguaje es un mal útil”.

A PROPÓSITO DE LAS FEAS ALMAS


A propósito de los comentarios que me han hecho en mi blog y que tuve que borrar, no por lo que decían, sino por su vulgaridad (el mal se puede perdonar, pero la vulgaridad, ¿cómo?) se me ocurrió repensar algunas categorías sobre el mal. Desde luego, la existencia del mal es un problema. Sabemos que está ahí, que nos rodea, nos cerca, se pone delante de nosotros pero, al mismo tiempo, no sabemos cuál es su esencia, como tampoco sabemos qué actitud debemos tomar frente a él. Podemos pensar que una clase de mal, que no todo el mal, es la indiferencia absoluta ante la humanidad del otro. El “mal” sin paliativos, sin atenuante alguno es aquel en el que no hay lugar para el amor ni el odio. La ausencia de cualquier afecto que distinga entre propios y ajenos, o entre unos y otros, es una condición necesaria para causar el daño más extremo, lo demás en poco, es nada, es, como decía Savater, efecto de los malitos pero no de los malos. La fría malignidad, la gélida inquina, la atroz perversidad que se apropia de los destinos ajenos tomando la forma de la muerte sólo podemos conocerla por los ejemplos que se han dado en la historia.
La destrucción de todo equilibrio entre los seres humanos, las manifestaciones del sufrimiento y su mal nos hacen mantener en la memoria el Holocausto. Frente a él tenemos que preguntarnos si en esos millones de seres humanos muertos no se ha manifestado el mal en toda su gratuidad. El sufrimiento experimentado en Auschwitz es de una exageración que nos ciega. ¿No es cierto que la inutilidad del sufrimiento se nos presenta con su radical desnudez, con su más clara brutalidad en los campos de concentración? Esa inutilidad, esa voracidad de provocar el sufrimiento, lo insoportable, es lo que lo hace absolutamente imperdonable.
No cabe ya el “¿Por qué a mí?”. Eso que María Zambrano con penosa elaboración pudo exclamar como la esencial “mendicidad” del ser humano: ¿Por qué yo?, ¿Por qué a mí? Es la pregunta sin respuesta. Aquí se expresa una interrogación contenida en la lamentación misma de la experiencia del mal. Interrogación en la que el lamento deviene queja, pedimento de explicación por el exceso de las manifestaciones del mal, por el sufrimiento injusto.
En Eichmann en Jerusalén, Hannah Arendt sorprendió al mundo con un concepto: “banalidad del mal“; con él describió la grafía de la perversidad que no se ajustaba a los patrones con que nuestra tradición cultural trató de representarse la maldad humana. Al final de la segunda guerra mundial se pudo contemplar las ruinas de aquellos conceptos que construyeron el proyecto de la ilustración. Si conocemos el tipo de muerte que imperó en los campos de concentración, acaso nos llega la perplejidad acerca del mal del siglo, ese mal, tenemos que preguntarnos, ¿es un mal radical en el sentido kantiano, o es algo mucho más trivial porque ha banalizado todo norma moral hasta límites que la conciencia no podía ni sospechar? ¿Puede haber en el mundo mal más radical, más extremo, que aquel mal humano que había preocupado al Kant de La religión dentro de los límites de la mera razón? Ese mal que radica en la propensión de la voluntad a desestimar los imperativos morales de la razón. “Ahora estoy convencida de que el mal nunca puede ser «radical», sino únicamente extremo, y que no posee profundidad ni tampoco ninguna dimensión demoníaca. Puede extenderse sobre el mundo entero y echarlo a perder precisamente porque es un hongo que invade las superficies. Y «desafía el pensamiento», tal como dije, porque el pensamiento intenta alcanzar cierta profundidad, ir a la raíz, pero cuando trata con la cuestión del mal esa intención se ve frustrada, porque no hay nada. Esa es su «banalidad». Solamente el bien tiene profundidad y puede ser radical”. El mal al que se refiere Hanna Arendt es un mal absolutamente incastigable pero imperdonable, que ya no puede ser comprendido ni explicado por los motivos malignos del interés propio, la sordidez, el resentimiento, el ansia de poder o la cobardía.

FEAS ALMAS

Qué fea persona, del alma, que es lo más triste.

LAS LIBRERÍAS DE BUENOS AIRES


Ya casi estoy metido de lleno en la realidad de mi vida, leo, escribo, estoy mandando algunos artículos a distintas revistas, ya casi se publica mi libro "Las texturas del mal", y he preparado mis clases de Filosofía griega y las que imparto en el Tec de Monterrey. Pienso que me gustaría más estar en Buenos Aires, viendo bailar tango, tomando un café en alguno de sus hermosísimos cafés o simplemente caminar por la Calle de Corrientes para meterme a las librerías: Losada, Librería Hernández, Edipo, De la Mancha, Gandhi, no el espantoso supermercado de México D.F., sino el de la calle de Corrientes, ahí, en el corazón de Buenos Aires, Argentina, Prometeo, la Libertador, otras de saldos que no me gustaron mucho porque no encontré nada o sí, ediciones de editoriales desconocidas pero nada significativo. Llegué por cierto a un blog que se llama "Hablando del asunto" y veo las opiniones de los lectores. Las pienso y probablemente tengan razón. Pero es que nunca han estado en México y han visto las horribles librerías como Gandhi, El Parnaso, o el Sótano, son no feas, son espantosas y quienes atienden no tienen la menor idea de lo que es un libro, podrían vender sopes o carnitas y sería lo mismo. A mí, perdonando las preferencias, si que me gustaron, pienso que desde luego hay muchas otras muy bien surtidas y con gente que sabe lo que está vendiendo como en la librería Guadalquivir que está en la calle Paraguay O LA EXTRAORDINARIA librería El Ateneo con sus sucursales. Claro, buscaba de filosofía y algunas cosas de literatura. Mi nostalgia por Buenos Aires se hace cada vez más creciente. He pensado que quiero irme con la Pájara a Italia en las próximas vacaciones pero el euro está tan caro, que parece que nos hemos fortificado en la miseria, que ahora sólo podremos ir a las infectas playas de Acapulco o con los narcos de Sinaloa a sus playas en Mazatlán o Veracruz donde se pierde uno en a inmensidad del mar abierto. Por eso tengo en mente irme a Buenos Aires otra vez, quizá ahora sí a Ushuaia (se escribirá así?)y a las provincias, tal vez donde vive mi amiga querida Angelina Uzín. No lo sé aún. Pienso en Buenos Aires y me encanta saberme en el extremo del mundo y me gustaría irme al Faro del fin del mundo del que tengo varias fotografías. Espero volver. Espero que me siga gustando tanto su gente, el acento, la calidez de ese espacio y, sobre todo, reencontrarme con amigos que se quedaron ahí

DE VUELTA A MÉXICO


De vuelta en México y aunque uno siempre está de vuelta. Me siento muy contento de estar en casa. Siento nostalgia ya por Buenos Aires pero no dejo que la tristeza de no estar más en esta ciudad de tan Buenos Aires, empañe el gusto del recuerdo, de ese abrir y cerrar de ojos con los que pueden aparecer la calle de La Florida, o en la Diagonal, en Córdova, apurando tres tragos de café o una buena copa de vino. Es sólo el juego de la memoria desde donde se construyen esos recuerdos que creamos para siempre. Buenos Aires es una ciudad excepcional, su aire parisino, o europeo, sobre todo por el espacio que crea, el invierno que atraviesa sus calles con vientos que te suben la bufanda y el saco o el abrigo, las personas que cruzan las avenidas y caminan casi por encima de los autos porque ese es su derecho; sus jardines amplios, nutridos de árboles con extrañas formas, de grandes raíces y apartados mediante pequeñas vallas, dedicados a no sé cuantos héroes, o sólo por romper con la traza de la ciudad; sus cafeterías una con más gusto (recuerdo que he estado leyendo a Agamben en "El hombre sin contenido", donde discute justo esto del "gusto") que otra, acogedoras, donde se hace la vida. Casi 4 en cada esquina, éstas ochavadas con lo que permite que el mundo circule sin tenerse que estropear la mirada. Me gustó mucho la calle de Corrientes, pero también Lavalle, donde nació Girondo. Luego me tomé una fotografía en la calle de Maipú, es calle donde toda la literatura argentina parece girar, en la puerta del edificio donde vivió Borges: "En esta casa vivió José Luís Borges, 1899-1986" decía y yo me sentí casi como esperando que se abriera la puerta y saliera Borges, Borges. Nosotros vivimos cerca de estas calles, en San Martín (el héroe) estábamos en el, por decirlo así, centro neurálgico de Buenos Aires. Todo nos quedaba cerca y en un santiamén nos hicimos de la vida bonaerense, como si fuera de ayer de cuando supimos cómo se vive. Caminamos todas las calles y todas la rutas posibles, volvíamos incontablemente a los mismos lugares porque todos los caminos siempre recorrieron las avenidas por donde circula el viento.
Las librerías, eso es otra cosa, ese es otro mundo. Las hay desde pequeñas, muy pequeñas, con un aire decimonónico inglés, a veces atendidas por libreros en serio, es decir, por personas que sabían de lo que uno habla cuando habla de libros y no de latas. Recuerdo que a uno de ellos, era una librería de viejo, le pregunté por "El banquete de los analistas" de Jaques Alain Miller, en el entendido de que yo ya sabía que estaba agotado y que Paidós (por esas secretas razones, que se llaman mercado, no lo ha reeditado y que desde 2004 está fuera de circulación) y me dio santo y seña de todos los avatares del libro, hasta llegar al punto de decirme que sólo tenía alguna reseña de un libro de Miller en una revista pero en inglés. No había nada más que decir. Ese señor sabía de lo que estábamos hablando. Como no soy un furioso coleccionista de primeras ediciones sólo me quedé viendo algunos libros que me impresionaron mucho: Las Meditaciones Metafísicas de Descartes en francés, al parecer una primera edición, por sólo mencionar uno. Las librerías son algo excepcional en Buenos Aires, nunca había visto tantas y tan bellas y todas en una sola ciudad, las recorrimos todas, bueno, es exagerar, casi todas las librerías.
Finalmente nos encontramos con Horacio Potel y Andrea, su mujer. en los quince días que estuvimos sólo los vimos dos veces, pero fue suficiente para saber que hay una corriente de simpatía enorme, que somos amigos, que la filosofía no sólo es un saber sino también, eso siempre: philía.

Buenos Aires


Estoy a punto de irme a Buenos Aires, con la Pájara. Me siento emocionado, conturbado, quizá algo nervioso. No sé por qué. No tiene nada con viajar o volar, al revés, siempre me ha emocionado muchísimo los vuelos. Es fantasear conque de pronto a un elefante le salieran alas y empezara a volar. O un puente, quizá, cuya función fuera estar de comodín para unir distintas orillas y tuviera que remontar el vuelo cada vez que se acumularan los autos para permitirles pasar. Volar tiene algo de excepcional. Volar a un lugar que se ha ido acumulando en nuestros sueños, acodándose entre las lecturas de autores que se han hecho favoritos a fuerza de la escritura que nos construye como personas, mucho más, es de pronto reconocer que lo real maravilloso existe. ¿Importa si no? Es la tierra de amigos queridos: Horacio Potel, Ricardo Forster, Susana Bercovich, Ana Viganó, y ahora Angelina Uzín. Me emociona mucho. Tengo ya casi tres años de no salir de México, de un trabajar afanosamente, cerrando mi cabeza a sólo la filosofía, a un discurso, encontrando en ella mi propia salvación, la redención a tantas cosas. Al final creo que me he agotado. No sé si hice espacio para que algunas cosas íntimas quedaran guardadas en ese pedacito de mi ser que me he de llevar para siempre. Me emociona. Estoy muy feliz

ANULAR NUESTRO VOTO


Ayer paseaba por el zócalo de Coyoacán. Fue un poco nauseabunda la vista. Por lo pronto me encontré con los viejos, muy viejos, líderes del STUNAM (sin comentarios), luego vi a la escritora de "Como agua para chocolate" que es como la Sara García delos 2000 y francamente me pareció "tierna", sólo le faltaba el molinillo y el metate (nuevamente sin comentarios) y aparecieron los líderes del PRD, uffff, como semidioses, con ese aire tan suficiente, tan sofisticado, tan de izquierda que sabe todo, tan militante: "¡¡¡este puño sí se ve!!!", guau, qué consignas tan imaginativas, tan de hoy en día, tan contempo: "¡¡¡El pueblo, unido, jamás será vencido!!!", realmente hay que juzgar con mente abierta estas ocurrencias. Y recuerdo también que, en otro espacio, había un gran letrero de una tal Quiñones, que aspira a ser diputada federal y que decía: "De mi sueldo prometo la donación del 20% a un asilo y 20% a un orfanato". Impresionante, de verdad, claro, con esto podremos levantar el déficit que tiene el país. Esto es la gran propuesta de las derechas, sí las del presidente mojigato, sí, ese que dijo que "los jóvenes están en las drogas porque no creen en Dios", ufff, qué lúcido y claro como un Demiurgo pudo señalar que la muerte de Michael Jackson había sido por las drogas. Esta sí que fue una declaración de Estado, la realpolitik en los medios, el análisis justo, exacto, agudo y, sobre todo, brillante.
En fin, decía que estaba en el zócalo de Coyoacán, donde bloquearon las calles y trajeron a los siempre acarreados expriístas, o al menos esas eran o son sus prácticas. Y claro, propaganda, sonrisitas, buena onda a raudales. Era tan emocionante ver ese famoso "Pan y circo" romano en el siglo XXI, con estos políticos tan formados, tan preclaros.
Lo que es cierto es que estamos en plena época electoral y existe la posibilidad de que muchos jóvenes y no tan jóvenes anulemos nuestro voto para que la legitimidad de los que aspiran y casi tengan ganada la elección, quede desvirtuada por nuestra negativa a avalar ese "más de lo peor" que se hemos tenido desde que el PAN tiene el poder. Primero Fox que siempre será como la vergüenza de México y ahora el señor Calderón que quiere aniquilar a los cárteles con declaraciones y que tiene la corrupción como plataforma. Sobran las ocurrencias y brillan por su ausencia las propuestas. ¿Usted va a votar? Piénselo: anule su voto, rompamos con la anulación la siempre discutible "legitimidad" de todos los que vienen "representándonos". Yo, anularé mi voto.

los "jóvenes se drogan porque no creen en Dios"


Quizá sea yo un "Eautontimorumenos", como decía Terencio. No le faltaría razón. Hemos entrando en las sociedades de control, como decía Deleuze, que ya no funcionan mediante el encierro, sino mediante un control continuo y una comunicación instantánea. Todo es flexible. En algún lugar de la red leí que todo es líquido, todo se resuelve con entradas a este mundo virtual en el que aparecen las tarjetas de crédito, los mails, los podcast, los videocast, el sinnúmero de sociedades virtuales a las que todos juegan creando su sin city, pero cada vez que usamos la tarjeta, cada vez que enviamos un e-mail o que miramos una página de Internet vamos dejando rastros, huellas, vestigios, trazas, ahí decimos qué consumimos, con qué nos entretenemos, qué opinión política cultivamos, qué es lo que deseamos, cuáles son nuestros sueños y nuestras perversiones más ocultas, y cuanto más dentro del grupo de pertenencia está un individuo, más se multiplican sus rastros, sus pistas, el recorrido que certifica la formación de una subjetividad cerrada a la sociedad que lo forma. Todo eso es parte de un enorme archivo virtual que permite, entre otras cosas, “orientar” nuestra vida pero, sobre todo, nuestro consumo. Quizá el ingrediente que faltaba: el miedo. Siempre ha estado ahí, hoy, para no exagerar y tampoco olvidar aquello que decía Borges, sólo ha variado un poco. Estamos ante una “heurística del temor”: donde lo que nos toca es tomar nota de los peligros, calcular los avances del mal y actuar en consecuencia, una ética del temor, una ética del sometimiento. Me parece que ni Deleuze, ni Jonas pudieron imaginar que el mal y el miedo podían alcanzar las dimensiones que han alcanzado. El ejemplo más impactante lo da un documento presentado en la XXIII Conferencia Internacional sobre Protección de la Información y Privacidad, que también leí en algún Blog o en una nota en la red, según el cual Gran Bretaña es la sociedad más vigilada de Occidente, con 4,2 millones de cámaras. Se calcula que cada británico es captado por las cámaras unas 300 veces por día. Una vasta red de sistemas inteligentes interconectados permite, actualmente, seguir el mínimo comportamiento de millones de personas en el tiempo y en el espacio. Y se va por más. El pronóstico es, por cierto, escalofriante. En un tiempo no muy lejano, todos los ciudadanos de esta aldea global estaremos siendo vigilados en nuestros hábitos cotidianos, preferencias alimenticias, conversaciones, confesiones, intimidades amatorias, encuentros y desencuentros. Al parecer -y hasta nuevo aviso- sólo los pensamientos no expresados podrán resguardarse de semejante panoptismo, al igual que en la esclavitud. Como dice nuestro "ilustre Presidente": los "jóvenes se drogan porque no creen en Dios", ufff, ¡¡¡¡qué frase!!!!
Quizá esta sea la peor parte del miedo. La amenaza sobre nuestras creencias.

MORIR EN LA FACULTAD DE FILOSOFÍA


Es cierto, no he escrito nada ante los acontecimientos de mi Facultad. No es pereza, simplemente que las ocupaciones, el fin de cursos, los cursos de verano, las conferencias que he tenido que dar y los montones de exámenes de licenciatura y de grado en los que he estado nomás no me dejan un minuto en paz.
Pero hay un requerimiento de un anónimo que me escribió: tiene razón. Debería de pronunciarme frente a lo que ha pasado en la Facultad. Me sorprendió la muerte, porque ella siempre sorprende, no es anónima sino con perfiles tremendos. Mi vida los últimos dos años está signada por ella y aún me sorprende. Cualquiera puede ver este blog y los otros y podrá constatar lo que digo. La muerte de un vendedor de droga no es nada del otro mundo, es lo que se espera, desde luego, pero la muerte en las humanidades o de cara al mundo de las humanidades es tremendo, porque frente al anonimato en el que vivimos todos los que vivimos en la facultad de Filosofía y Letras la muerte trae el ruido de la vulgaridad de los medios, del escándalo, de la sospecha, del presuroso juicio acerca de que eso es lo que somos. Y es cierto, somos eso, pero somos más que eso y esto no sale en la televisión ni es tocado por los medios y se nos pretende cerrar las puertas, como se hizo hace poco y salvo los profesores de humanidades (filósofos en su mayoría) ni una autoridad parece haberle importado. ¿Me pregunto si la muerte del vendedor de droga nos traerá el pronunciamiento del señor Rector frente a los embates de esa sociedad anónima que pretende clausurarnos como el centro rector de las humanidades en México. ¡¡¡¡Señor Rector!!!!, Hey, ¿apuesta Usted algo por las humanidades? Su silencio retumba.
¿Y la muerte? Es curioso que cuando el dealer moría muchos alumnos sacaron sus celulares para sacarle fotografías. Asombroso ¿no? Posiblemente la más funesta consecuencia del triunfo de esta indiferencia es la aguda crisis de la industria de destrucción de residuos humanos: teniendo en cuenta que el volumen de residuos humanos crece más deprisa que la capacidad de gestionarlos, existen perspectivas plausibles de que la actual modernidad planetaria quede obstruida con sus propios productos residuales, que no es capaz de asimilar ni de aniquilar.
¿Y los puestos? Nada más patético que ver cuan condicionados estábamos que ahora que no hay ningún puesto de ambulantaje la gente no se atreve a salir de ese pequeño corredor en el que por necesidad no hubo puestos. Fueron 10 años de algo que es anómalo y que se fue convirtiendo en algo normal, hasta parte del paisaje se convirtió. Lo malo no fueron los ambulantes sino todo lo que trajo consigo. Y miren Ustedes que esto no es lo que escandaliza, sino la inseguridad en la que todos vivimos, porque ¿alguien está exento de ser pillado por el bandidaje? Hay cientos de casos que se han dado alrededor de la facultad de robo, asaltos, violaciones, etc., etc., y nadie ha hecho nada. ¡Señor Rector! where are you?
Nuestra Directora, vaya que ha tenido su bautizo: La influenza, el temblor y luego la muerte con el deterioro de los vendedores, Ufff, mis respetos. Me gusta la actitud que ha tomado el Consejo Técnico de la Facultad. Muy ponderada. Creo que ahora hay que desactivar ese mundo raro que es el "Ché". ¿quién le entra?

GADGETS


Gadgets
Me complace mucho poder pensar en esta época. Creo que a pesar de todo es un gran momento el que vivimos. Estamos a punto de desaparecer y sigo emocionado de vivir. Aún bajo estas condiciones de destrucción, de corrupción, de desilusión, de ruptura, de eliminación de toda trascendencia, de... Pienso en esas pequeñas cosas llamadas Gadgets y descreo de los grandes descubrimientos que se hacen porque todo queda sepultado por esa pequeña cosita llamada Gadget. Sin duda, el siglo XX y lo que va del nuestro la ciencia y la técnica han realizado avances tan extraordinarios que han hecho proliferar pequeñas cositas, diminutos objetos casi innominables que aparecen ahora desde el fondo de sí mismos como gadgets. Ésta es una palabra que ese magnífico diccionario Robert quotidien publicado en 1996 define como: "dispositivo, objeto simpático, nuevo y a veces sin utilidad alguna. Innovación, solución de la cual la eficacia es puesta en duda. Pero las definiciones de otros diccionarios varían: para algunos los gadgets son dispositivos, artefactos, artificios, artilugios, o, en última instancia, algo "que no se nombra". Algunas acepciones destacan el aspecto útil del gadget (R. Debray), mientras que para otras son el colmo de lo banal y lo inútil (Baudrillard). "Gadget" es, entonces por esta vertiente, un nombre de substitución para instrumento, utensilio, artefacto, vinculado muchas veces a algún tipo de funcionamiento o automatismo. Cuando devienen importantes se convierten en "comodities"..., qué palabra..., realmente intraducible. Y eso que nosotros somos los que formulamos la ontología y la metafísica. Recuerdo también a Lacan que, en el Seminario 17, ya anticipaba los gadgets al hablar de las letosas. Una palabra horrible, poco sonora, con tintes cada vez más pintorescos, pero que para el psicoanalista designan el lugar de las fabricaciones de la ciencia. El psicoanalista tiene que vérsela con ellas en la medida en que letosas es el nombre que toman las causas del deseo. Podemos decir que la ciencia gobierna nuestro deseo y es en el discurso capitalista donde el acento está puesto en el trabajo del saber científico. El saber trabaja en la producción de letosas es decir de objetos plus de gozar. Como contrapunto del gadget, la palabra "latosa", vierten al castellano el neologismo original francés "lathouse". La composición de esta palabra con dos términos griegos resume varias operaciones lingüísticas.
La palabra viene de "alethéia" como "no ocultamiento", al menos como la comprende Heidegger al articularla alrededor de la verdad y de ahí Lacan obtiene "lathos". La otra parte es resultado de la articulación ousía, que Lacan supone como algo entre el "Otro" y el "ente". Como efecto de esta combinatoria tenemos la palabra letosa, de profundas resonancias.
Las letosas son entonces objetos de origen tecno-científico colocados en el mercado de consumo, que funcionan como objetos plus de goce. Equivalentes en ese punto a los objetos plus de goce de origen discursivo. Se plantean como objetos concretos prometidos a la "satisfacción" pulsional más específicamente de la pulsión escópica -"ver"- dar a ver imágenes - y la pulsión invocante- "escuchar"-dar a escuchar. A los gadgets los nombra por primera vez en el Seminario 20, Encore, y es allí donde Lacan se refiere nuevamente al discurso científico expresado que éste se funda en el viraje galileico y engendra todo tipo de instrumento. Como quiera que sea, los gadgets llegaron para poblar nuestro mundo, sea como eso o como letosas. Quizá a eso estamos destinados, a ocupar nuestra vida en ellos.

FRANCO VOLPI


Este es el documento que leeré ahora en el homenaje de Franco Volpi:
"Cuando me dieron la noticia de la muerte de Franco Volpi, no lo creí. Me pareció imposible. Hacía tan poco que nos habíamos escrito, me decía que estaba muy contento de venir a México y, sobre todo, de venir a la UNAM. Cuando supe que la muerte lo había tocado, no lo creí. La muerte siempre tiene ese cariz de la incredulidad, ese velo de sombra que nos permite negarla constantemente, fingir, en el pliegue de las palabras, que ella no es posible". (hacer click aquí para abrir el documento)

DEJEMOS PASAR LAS ELECCIONES

Aquí les dejo un video que me pasó la Pájara (Idalia), me encanta (las dos), quizá la frivolidad hace presa de mi, sí, y me vale. Me harta toda la política, las corrupciones como educación del país entero y este video me reclama, me llena la vista y el agrado. Pienso que a fin de cuentas siempre existe algo que se salva y nos salva. Para los que comparten conmigo y para los que disienten conmigo también.

EN ESTAS VOTACIONES YO ANULARE MI VOTO


Me hago eco de un blog del que copié todo esto:

En estas elecciones:
No creo en los presidentes, en los gobernadores, en los políticos, en los diputados, ni en los senadores.

Para volver a creer en esta democracia representativa, YO ciudadano exijo por lo menos seis requisitos:

El primer requisito para creer en este sistema de representación es que los diputados y senadores se bajen el sueldo por lo menos un 50%. Si pueden adelantarse vacaciones y aprobarse aguinaldazos, creo que pueden hacer una extraordinaria para aprobar algo que no está a discusión.

El segundo requisito es que se eliminen las candidaturas plurinominales.Queremos que nos gobierne aquel por quien votamos, no el que al partido se le antoje.

El tercer requisito es que se cancelen sus seguros de gastos médicos. Que nuestros trabajadores en el Estado vayan al ISSSTE, que es gratuito, y si no les gusta, que paguen su doctor particular con su sueldo y/o que se pongan a trabajar para arreglar el ISSSTE.

El cuarto requisito es que ni el IFE ni ningún partido anuncien nada en ninguna televisora durante todo este proceso electoral y que ningún comentarista ni "comunicador"intente manipular mi tendencia al voto o mi derecho a la anulación de éste. Y así ya no se gastan recursos en estarse peleando entre el IFE y las televisoras.

El quinto requisito es que cada político que nos pida su voto sea éticamente intachable.

El sexto requisito es que se reduzcan en un 90% los recursos destinados a campañas electorales.
....

Si estás de acuerdo pega este post en tu blog y añade la imagen a tu blogroll (columna de la derecha o izquierda de tu blog). Puedes agregar, modificar o eliminar los requisitos que prefieras.

Vayamos en masa a anular nuestro voto este 5 de julio. Participa, pero críticamente.

La imagen está en alta resolución, para que imprimas calcomanías, playeras, mantas o lo que se te antoje.

¡CORRE LA VOZ!

(y saca tu credencial de elector)

LA INSENSATEZ DE DIOS


Alguna vez leí El Aciago demiurgo de Emile Cioran. Demiurgo fue el nombre que Platón dio al creador. Cioran, lo recuerdo, comentó: "Me he interesado mucho por la Gnosis, eso desde luego. El resultado fue un librito, El aciago demiurgo, cuyo título alemán, Die verfehlte Schöpfung ("La creación errada") me gusta. Al Creador sólo podemos imaginarlo maligno o, como máximo chapucero." Jajajaja, me moría de risa. Porque en una suerte de broma decía algo que todos en lo incierto de esa oscuridad que significa nuestra existencia, lo sabemos. Los gnósticos vivieron en los siglos II y III y se enfrentaron al siempre problema de la razón de la existencia del Mal en el Mundo y, al mismo tiempo la existencia de un Dios creador y Bueno. No es un secreto que para los gnósticos y para Cioran el cristianismo se envileció al mentir culpando del Mal en el Mundo al hombre. Cioran y los Gnósticos creen que el problema está más arriba: o bien Dios es omnipotente y malvado o bien es bueno pero algo tramposo, un bribón. Aunque a veces Cioran se ha inclinado por la hipótesis de un Dios malvado de instintos malignos, hipótesis a la que me acerco en medio de mi incredulidad. Las conclusiones éticas de los Gnósticos iban desde el libertinaje al ascetismo. Es decir, si la creación entera es un error todo lo que hagamos aquí abajo carece de importancia, todo está permitido. O también, si la creación es el producto de una necedad debemos hacer lo posible por destruirla: jamás y de ningún modo procrear, continuar con esta aberración que es la humanidad. Y en lo posible desaparecer cuanto antes.

LA INFLUENZA


No quería escribir, tenía, tengo, una sensación de desesperanza. Quizá es la influenza, todas las estupideces que dicen y que me han mandado por mail, uffff, si así leyéramos seríamos otro país, pero no, sólo este humor negro, torrencial, desgarbado, lleno de denuedos y de cicatrices, de llanto contenido, de asco, de sometimiento, de desesperanza. En esto sí que soy un mexicano de buena raíz. La influenza ha sacado del mexicano tantas noticias, tantas sospechas, tanta desconfianza que no se puede verter en nada. Yo no voy a votar en julio, no tiene sentido, es estúpido. Vivo en Coyoacán y la experiencia con este delegado ha sido de horror: saquear más de lo que los otros han saqueado. No hay otra consigna, parece que el país sigue dando y dando, y ese músico que era respetable hoy es simplemente un pequeño ladrón más. Del Jazz pasó a ser amigo de lo ajeno. De ese nombre tan digno hoy sólo quedará una triste memoria. ¿importa? Creo que no.
No quería escribir nada porque tras la muerte uno se queda mudo, como señalando el vacío, sin saber qué hacer. Estamos arreglando una cátedra extraordinaria para llevar a cabo un homenaje a Franco Volpi, un sujeto fuera de serie. Espero que podamos hacerla, pero más aún, convocar a los demás estudiantes para que conozcan su pensamiento. Me daría mucho gusto hacerla porque, mmmmhhh, no lo sé, simplemente como un tributo de amistad.
Vi en mi Facebook una cita que trajo a colación mi amiga Erika, me llenó la memoria, los días, los sueños extraviados, una frase que vale todo porque es el acento en la existencia, lo que podría hacer excepcional una vida: "Un relámpago. Noche. Fugitiva belleza Cuya mirada me hizo, de un golpe, renacer. ¿Salvo en la eternidad, no he de verte jamás? ¡En todo caso lejos, ya tarde, tal vez nunca! Que no sé a dónde huiste, ni sospechas mi ruta, ¡Tú a quien hubiese amado. Oh tú, que lo supiste!"
Pero la vida sigue su curso y uno sigue también en el curso de la vida.

ADRIANA YAÑEZ VILALTA


Hubiera querido que en mi imaginación las cosas se hubieran desarrollado de otra forma, me hubiera gustado estar de frente a Adriana, decirle lo mucho que la admiraba y lo valiente que había sido después de la muerte de Ricardo Guerra. Me hubiera gustado estar cerca de ella sólo para conmemorar…, como en aquél día con Ricardo Guerra, sólo por el gusto de estar vivos. Porque estoy plenamente convencido que siempre tenemos que festejar la presencia, ese signo, ese pliegue en nuestra mirada que es el otro y desde el cual anudo todo lo que soy. Pero cuando el otro "muere" me ubico entonces en ninguna parte. Se hace el silencio. Porque la muerte es la usurpación del discurso más allá del robo de la vida. Uno corre para escapar de alguna cosa, pero se la lleva consigo. La rabia, la desesperación, todo queda en el interior del individuo. Y nos sobreviene en miedo. Los antiguos veían en el miedo un castigo de los dioses; los griegos, según se cuenta, habían divinizado a Deimos (el temor) y a Phobos (el Miedo), esforzándose en conciliarlos en tiempos de guerra, en cualquier caso el historiador no tiene que buscar mucho para identificar su presencia desde antiguo. Casi a cada paso encontramos el miedo. Esto se ve en las máscaras frecuentemente espantosas que numerosas civilizaciones han utilizado en el transcurso de los siglos para la liturgia de la vida. Miedo a lo extraño, miedo a lo conocido, miedo a las fuerzas de la naturaleza, miedo a los muertos, a los animales, a los insectos, a las personas, miedo al semejante, al espacio vacío, a la concepción del infinito, pero sobre todo, a lo desconocido, a todo lo que precede y sigue a mi propia existencia: a no ser yo más, aquí y ahora. Si el miedo se encuentra en la raíz de la condición humana lo es porque tengo conciencia de mi desamparo; y la fatalidad abismal de la muerte. La muerte nos rodea siempre y creo que sólo la muerte desnuda es la que cuando asoma a nuestras vidas nos deja esa marca indeleble pero que está ahí, como una cicatriz borrada.

MURIO FRANCO VOLPI

FRANCO VOLPI
Me acabo de enterar que mi amigo el filósofo Franco Volpi murió ayer lunes 14 de abril. Este lunes, mientras daba un paseo en bicicleta, fue arrollado por un automovilista. Entró en coma irreversible, y a las pocas horas falleció.
Apenas en noviembre estuvimos cenando con él, en casa de Pilar Gilardi. Sus amigos Ángel Xolocotzi, la misma Pilar, Consuelo, Idalia y yo. Él vendría para septiembre de este año al Congreso Internacional de Filosofía y Psicoanálisis, luego iríamos a Puebla a otro congreso y finalmente iríamos a Colombia. Me dijo que hablaría de Lacan y de Heidegger. Me da mucha tristeza. Mucha pena.

MI KONSTANTE



Finalmente siempre hay cosas que se pueden celebrar. Creí que no habría de qué enorgullecerme de mi hijo. Las cosas son así, uno cree que el mundo debe ser como uno lo ve, pero afortunadamente la realidad actúa de manera diferente y nada es como uno ha querido. Mi Konstante empieza a despegar, ahora sus canciones se escuchan y yo, que fui el primero en rechazar su vocación, ahora me siento orgulloso de lo que es, de lo que escribe, de lo que siente, de su respuesta a la fatalidad. Es curioso como uno puede ser tan ciego o tan narcisista que no acepta mucho lo que los hijos son, pensamos que ellos deben seguir nuestros pasos, paradójicamente los mismos que fueron a su vez rechazados por nuestros propios padres; por las mismas razones estúpidas, por los mismos prejuicios, por la misma forma de haber sido educado de una manera en la que las estructuras de nuestra vida psíquica nos permitieron resolver nuestros conflictos de vida. Hoy me siento orgulloso, no sé si ese es el mejor camino, no lo sé pero poco importa, es el de él, no el mío. Y esto es lo que vale en la vida.

POR QUÉ NO OLVIDAR



Hoy todo es como una cartografía, una geografía pasional, dije yo hace años, una gramática que marca los rostros y los cuerpos. No sin razón decía Foucault que “Más de uno, como yo sin duda, escriben para perder el rostro. No me pregunten quién soy, ni me pidan que permanezca invariable: es una moral de estado civil la que rige nuestra documentación. Que nos deje en paz cuando se trata de escribir”. El fundamento de la existencia humana es el diálogo con el propio acontecer del lenguaje (el inconsciente está estructurado como un lenguaje), pero el lenguaje primordial es la poesía como instauración del ser. Algo que sólo será luego, determina cómo tuvo que ser antes. Pero olvidar, confundir, errar, equivocarse, tirar cosas o perder algo, perder a alguien son expresiones que están destinadas a ser figuras simbólicas de un pensamiento reprimido, o bien —como dice Freud—, a ofrendar sacrificios de oscuro destino en el altar de las irremediables potencias del inconsciente. No quiero olvidar.

UN PUNTO AZUL PALIDO, POR MI CUMPLEAÑOS

HOY ES MI CUMPLEAÑOS


Hoy es mi cumpleaños. Quise escribir este post sólo para recordarme que vivo aún, que estoy vivo, que hoy al salir a dar una conferencia sobre mi inclemente Heidegger, sentí como el sol quemaba mi cuerpo y el sudor recorría mi frente. Sentí que debía estar agradecido de seguir viviendo, de respirar, de admirar las jacarandas que me llevan a tantos recuerdos que han hecho de mi lo que soy. Hay tantas pérdidas a mi alrededor, tantas cosas que se han marchado, que no quise sacar el violín para sentarme a llorar. Es tan fácil rendirse. Pensé en lo nuevo y lo viejo, en todo aquello que ahora cuestiono y pienso, en aquello que ha formado mi último pensamiento: la feroz incapacidad de advertir la continuidad de las cosas, la secuencia eterna que nos asegura que todo es como es y que nada lo cambia. Me pregunto si así será esa inquietud de mí que me toca nuevamente el corazón... Siempre quise forjar tradiciones, por ejemplo, pero nunca logré hacerlo. Cuando pensé que lo había logrado, los dioses me quitaron "a pound of flesh", como decía el Mercader de Venecia. Nunca más volveré a pensar en esto de las tradiciones. Porque si quedo convencido de que quienes exaltan o denuncian la "tradición de lo nuevo" olvidan, en efecto, que esa tradición tiene como estricto complemento la "novedad de la tradición". El espacio del arte, por ejemplo, no empezó con decisiones de ruptura artística. Se inició con decisiones de reinterpretación, de qué hace el arte o de quién hace arte: Vico, lo pienso en este momento, al descubrir el "verdadero Homero", es decir, no un inventor de fábulas y personajes, sino un testigo de la riqueza visual del lenguaje y el pensamiento de los pueblos de la Antigüedad; Hegel al señalar que los hombres fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios por lo que al ser los hombres dioses, la mirada de Dios habría muerto, su mirada habría dejado de ser lo que ordenaba el mundo; Hölderlin con su drama de locura y tragedia, con el Empédocles suicidándose eternamente; Balzac al hacer un episodio de cada gesto del mundo, al reconstituir esas huellas que crean mundos y no sólo ciertos temblores del alma; Mendelsohn al volver a interpretar la Pasión según san Mateo, o el sordo de Viena al construir sus cuartetos para violín y orquesta donde anunciaba esa voz del ser humano reclamando.... Con todo esto lo que hicimos fue inventar el museo y la historia del arte, la noción de clasicismo y las formas nuevas de la reproducción... nuestro pasado oscuro y dolorido, las estaciones del año perdidas en un saco de arena, en un instante que dura una mirada que cae... Y nos entregamos a la invención de formas nuevas de vida sobre la base de una idea de lo que el arte de vivir ha sido, habrá sido. Mi vida no es artística apenas una vida, sólo eso...
Hoy es mi cumpleaños... pienso en este extraño secreto de vivir, en el enigma que cada quien tiene que descifrar para seguir viviendo. Sólo tengo un recuerdo que trasciende todo lo que tiene nombre:
Toco tu nombre en el vacío que se abre como una calle
como el rastro de una ola que revienta de solitaria
y me acerco a ti sin hacer ruido
para sorprenderte antes de que te me huyas
y me quede solo de mi

Toco tu nombre intentando alcanzar tu tiempo
el silencio que escribiste entre mis palabras
y la mirada que me dejaste prendida en el dolor
indescriptible ya para siempre

Toco tu nombre en el papel en el que quisiera dibujar
tu cara
y tus palabras
ahí donde aun escucho ese murmullo en el que te fuiste

La muerte de mi amigo Kande Mutsaku


Un miedo perturbador hace presa de nosotros: el espacio oscuro, la pantalla de oscuridad que impide la entera visibilidad de las cosas, las sombras ominosas que presagian dolor, las gentes que se miran en ese espacio que se queda en las orillas y nos quiebra la mirada, las verdades que apenas son sólo interpretaciones. Disolver los fragmentos de noche que se oponen a la luz, hacer que no existan más espacios oscuros en la sociedad, demoler esas cámaras negras en las que se fomenta la arbitrariedad de las acciones, los caprichos de los políticos, las supersticiones religiosas, los complots de los tiranos y los frailes vocingleros, las ilusiones de ignorancia, las exclusiones cívicas, sociales, la fragilidad siempre presente, el dolor siempre punzante quizá hoy se ha convertido en un sueño, en el lugar del deseo imposible. No puedo más que pensar en la muerte de un amigo, en su muerte sin nombre y que es, al final, él y todas las muertes. Su nombre Kande Mutsaku, africano, del Congo. Luego de dos años de no verlo me reencontré con el en las puertas de la Facultad, por casualidad. Fue un enorme gusto. Me contó que iba a ser Cónsul del Congo en México. Prometimos vernos pronto, me dio su mail y su teléfono, los apuntó en mi libreta. Nunca más volveré a verlo. Lo paradójico es que alguna vez la construcción de la polis constituyó el lugar, el espacio no sólo de lo político sino también de la civitas, de la civilización. La Zeitgeist era sólo la comarca donde el aire de la ciudad liberaban, y eso es lo que se muda, se trastoca, se invierte: la ciudad entonces sólo es una estratagema de guerra, una estrategia fatal, el foco de la crisis de lo político y de lo bélico, porque lo militar y lo político están unidos. El espanto se apodera de la ciudad. Nuestra ciudad es el territorio del miedo, el espectáculo de la sinrazón, el lugar donde la aglomeración ya no tiene rostro ni escala humana. Nunca más lo volveré a ver. Me entristece su muerte, me entristece esta muerte porque entra dentro de las cifras del horror.

NIETZSCHE, FOR EVER?


Estoy reescribiendo un libro que había escrito sobre Nietzsche. Me asusta porque siempre he dicho que Nietzsche es como el Ricky Martin de la Filosofía. Todos hablan de él pero casi nadie lo ha leído. O ha caído en manos de mujeres que quieren vivir una vida "nietzscheana" porque sus prejuicios y su furores vitales están si no muertos al menos sí sin vida. He conocido a más de 10 mujeres "nietzscheanas" que seguramente son un poco más que un Kaiser en la cama. Con ello me he convencido de que sí, nos guste o no: hay venganza histórica. Por esto y por los cientos de estudiantes que traen en el sobaco el Así hablaba Zaratustra casi no quiero escribir nada sobre este pensador que sigue siendo un artífice del pensamiento y de la disputa, una incomodidad para la vida luego de que lo has leído. Como sea, quiero dejar una serie de pensamientos con los que se abre este tentativo libro. Bueno, también quiero dejar constancia de que tampoco es un libro común y corriente. Quiero hacer algo distinto, pero no sé si corra, no sé si es bueno, en esto tengo a la Pájara que es la que me puede decir más cosas de las que yo puedo ver. Creo que estoy bajo la influencia de Foucault y de Deleuze y siento que la escritura tiene que ser de otra forma, de otra manera, un poco como Bataille nos enseñó. Me acuerdo del ejemplo de la garrapata a la que Deleuze nos redujo: "Tomemos como ejemplo una garrapata. El mundo es inmenso y no todas las cosas afectan a todos los cuerpos vivos de la misma manera. Una garrapata se siente afectada por la luz, y por eso trepa a lo alto de un arbusto; se siente afectada por el olor, y por ello se inmoviliza en una rama y espera hasta que un cuerpo caliente pasa por debajo; y,
en tercer lugar, se siente afectada por el tacto y busca esa zona caliente del cuerpo en la que ha de incrustarse. Así pues, del conjunto del mundo, las garrapatas sólo se ven afectadas por la luz, el olor de un cuerpo caliente y el tacto de una zona del cuerpo. Pero estos afectos pertenecen a la definición de lo que es una garrapata. En cuanto nos vemos enfrentados a juzgar la vida de una particular garrapata, ésta dependerá de los encuentros con arbustos y animales de sangre caliente que el azar le depare. Y la vida de dicha garrapata será el conjunto de afectos de los que haya sido realmente capaz, esto es, su potencia no es lo que podría haber hecho, sino lo que realmente ha hecho". Si somos como una garrapata, quizá sea sólo esto este libro que escribo.

RADIOHEAD


El domingo fui a escuchar a Radiohead: abracé a la Pájara cuando cantó My iron Lung:
Faith, you're driving me away
You do it everyday
You don't mean it
But it hurts like hell

My brain says I'm receiving pain
A lack of oxygen
From my life support
My iron lung

We're too young to fall asleep
To cynical to speak
We are losing it
Can't you tell?

Todo el Foro Sol era una locura, excepto General B que parecía como una reunión de gente que no tenía nada que hacer. Incluso un "mala onda" tiró aproximadamente cinco veces la cerveza a todos los que estaban enfrente de él y nadie reclamaba. Cuánta docilidad. A pesar de esto la Pájara emocionada saltaba de gusto, bailaba con aire robótico y se volteaba hacia mí con esa cara que me llenaba de amor.
We scratch our eternal itch
A twentieth century bitch
And we are grateful for
Our iron lung

The headshrinkers, they
want everything
My uncle Bill, my Belisha beacon

The headshrinkers, they
want everything
My uncle Bill, my Belisha beacon

¿Habría algo más bello que la sonrisa del ser amado? Parece tan cursi pero es cierto.

Suck, suck your teenage thumb
Toilet trained and dumb
When the power runs out
We'll just hum

This, this is our new song
Just like the last one
A total waste of time
My iron lung
The headshrinkers, they
want everything
My uncle Bill, my Belisha beacon
The headshrinkers, they
want everything
My uncle Bill, my Belisha beacon

Con cuanto gusto escuchamos la canción..., muchas de las personas que veía se emocionaban tanto que incluso un chavo se quitó la camisa y cerraba los ojos y bailaba como tocado por los dioses, quizá la mota era otrotanto, pero no importaba.

And if you're frightened
You can be frightened
You can be, it's OK
And if you're frightened
You can be frightened
You can be, it's OK

The headshrinkers, they
want everything
My uncle Bill, my Belisha beacon

Quizá después de todo uno sólo sea, maravilla, como ese Belisha beacon que ilumina el camino del otro, nada más pero nada menos. Si yo llegara a ser ese Belisha beacon con Marie, sería como haber nacido para encontrar un destino.

ROSTROS MULTIFORMES


Hoy estuve en mi seminario de Investigación y Tesis. Todos los jueves revisamos los trabajos de mis alumnos de posgrado. Siempre me siento emocionado por tanto talento, son alumnos sumamente aventajados, brillantes. Hoy, justamente, leímos prácticamente toda la tesis de Francisco de León. Fue luminoso. Creo que debo dejar constancia de ello. Una muestra sólo, del inicio del segundo capítulo:

"Se dice de ellos que tienen cuerpos asombrosos: garras que se extienden de manera casi infinita, grandes dientes que no hacen sino contrastar con una cabeza breve, ojos que delatan un hambre que no será saciada por alimento simple, estaturas que superan no sólo el estar en pie de los humanos pero también sus más profundas imaginaciones y terrores; se dice de ellos que pueden aparecer con sólo ser nombrados, que su existencia definitiva se realiza en una sola palabra que los transporta de los labios al mundo; se dice de ellos que no son sino mitos, muchos, simples supersticiones en el mejor de los casos, que no son sino el reflejo de los temores, la ignorancia o los males humanos, que sus formas incomprensibles o sus nombres tan cambiantes son no otra cosa que el reflejo de la condición de existir que aqueja a todos los hombres; se dice de ellos que al mostrarse en el mundo en realidad ocultan algo y que aquello que permanece oculto es su razón de ser, enigma que les confiere no sólo misión sino destino; se dice de ellos que son la otredad por excelencia, que decir Otro con cada letra apuntando a sus cuerpos es siempre un acto mayúsculo, que su huella es siempre ajena a los hombres, pero es de ellos la posibilidad de reflexionarla, de hacer de ella algo imborrable e imperecedero; se dice de ellos que no existe cuna que haya podido darles cabida, que su origen está fuera de cualquier naturaleza o imaginería; se dice de ellos, en fin, que a pesar de las diferencias extremas que reinan entre cada uno de éstos seres, comparten todos el nombre exacto, nombre que reúne y oculta todas las formas y las presencias de aquellos a los que designa: Monstruos".

ADELANTO DEL LIBRO QUE VENDRÁ


Yo nunca hubiera creído aquello que Piglia dice en El último lector, que los libros en la literatura no funcionan sólo como metáforas sino como articulaciones de la forma, nudos que relacionan los niveles del relato y cumplen en la narración una compleja función constructiva. Así el Malleus, que parecía un libro imaginario, un libro que circulaba entre la fantasía y lo real, entre el miedo y la locura, era eso: “el martillo de las brujas” sólo por lo que de miedo infundía; su sola enunciación ya era como el nombre de un arcano maligno, su sola mención originaba una suerte de doctrina sobre la brujería, goznes que arquitecturaban niveles de maldición, grados de malignidad, una gran función de horror y espanto. Ahí, en esa trama de maldad todos podían sentirse llamados y nombrados por él, nada exculpaba a quien fuera mencionado en medio del asombro sarcástico de aquellos terribles “dominicos” inventores del libro más maligno con el que se capturaba a un ser humano.
Luego pude leer el Malleus, luego pude ser ese lector criminal que lee el texto para hacer un uso desviado de él, hacerme un hermeneuta que quería descifrar toda lectura malvada, rencorosa para hacer un uso pérfido de la letra. Porque el Malleus era lectura enemiga, una lectura que sólo provocaba el desplazamiento de venganzas ancestrales.
Quizá lo que deberíamos de hacer ante este libro maligno es leerlo como una trampa, una maquinación sombría de una secta oscura, una secta que ocultaba un secreto inicial con el que se dibujaba sólo una superficie blanca por donde se podían deslizar las conciencias nunca inocentes. El libro es esa metáfora de la negación de la ignorancia, más bien, es la afirmación de un saber que delata el subterfugio de la mentira, de lo velado, de lo que se dejó de decir, y que ahora se enuncia como un grito ahogado. El Malleus Maleficarum es un martillo con el que se golpea, se rompe, se provoca el dolor y el llanto, es la manifestación de la creencia en juego. Con la lectura del Malleus no podemos más que repetir la historia de Don Quijote: realizar en la realidad aquello que se lee. Leemos la repetición, lo que vuelve, el retorno de lo reprimido, el dolor acallado, la muerte blanca, quizá, como dice el maravilloso Piglia: “Habría que hacer una historia de la lectura como venganza”.

APOYO A HORACIO POTEL


Maestro Horacio Potel:
Siento mucho todo por lo que está pasando en estos momentos. Es difícil luchar contra de los "derechos" y los "legalismos" del mundo. Siempre estamos a las sombra de ese poder al que tenemos la obligación de combatir, no en nombre de otro poder que sea más humano sino sólo por el hecho de que no son más legítimos que las fuerzas o resistencias que se oponen a ellos. Nada más por esto. Creo que cualquiera se sentirá indignado ante estos hechos judiciales que hoy nos cierran a todos las dos páginas que Usted abrió, sin ánimo de lucro, a todos los seres de habla hispana.
¿Qué decirle?
Somos los primeros afectados y que se advierte el poder de las Cámaras para que ellas cierren los espacios discursivos y que esto sea de nueva cuenta un oscurantismo, en aras de los legalismos, pero en la red.
Un saludo señor Potel. Como Usted mismo puso en la cara de su página al lado del evento judicial:
«La bibliocultura seguirá haciendo la competencia, todavía durante un cierto tiempo, a muchas otras formas de publicación que se sustraen a las formas heredadas de la autorización, de la autentificación, del control, de la habilitación, de la selección, de la sanción, incluso de mil otras formas de censura». Jacques Derrida