Porque la experiencia es eso: una triste riqueza que sólo sirve para saber cómo se debería haber vivido, pero no para vivir nuevamente. Josefina Vicens
Idalia, el Guernica y la Biblioteca Nacional de España
Creí que podría abandonar lentamente este blog, que finalmente las cosas que se escriben no son importantes y que nadie las lee, que nadie está al tanto de lo que uno va dejando como estela. Con los días me he dado cuenta de que es falso, que hay mucho más personas que en medio de tanto ruido y tantas palabras buscan algo, un detonante, una voz, una mirada que sea de apoyo, de complicidad, de ánimo. Soy particularmente pesimista, no tengo un buen humor sino que soy sarcástico y ácido, esto lo digo porque me he dado cuenta de que es mucho más fácil ser así que proporcionar alegría. Es exactamente igual que cuando en el teatro podemos llorar y sufrir, es muy fácil, todos somos heridos de guerra, sobrevivientes de nuestras propias vidas y en esto no se encuentra ninguna heroicidad, lo somos porque habitamos un mundo en donde todo está conformado para ello: vamos, venimos, queremos, deseamos, anhelamos triunfar, sobreponernos a la sordidez de la vida, etc., etc., todo es lo mismo, pero hacer reír, o dar algo de nosotros mismos, una pequeña luz en el camino es quizá lo más difícil. Quiero decir que me propongo escribir algo que nos de alegría y festeje el milagro de la vida.
Hoy es el cumpleaños de mi mujer. Ella se levantó de la cama y cuando volvió yo la recibí cantándole las "mañanitas", una canción muy mexicana que siempre se canta en los onomásticos. Desayunamos conversando sobre el Guernica de Picasso, sobre un libro que ella leyó ayer mismo de Antonio Saura, Contra el Guernica. Lo empecé a leer ayer mismo aunque no lo acabé. Es realmente delicioso, enormemente crítico acerca del "mito" Guernica, de lo absurdo del cuadro que muestra sólo una obra de arte y oculta el drama en el mismo mito de por qué fue pintado. Lo maravilloso es que uno ríe del libelo, del buen humor, de la acidez de Saura. Quizá lo más importante sea que a pesar de que Saura escribió este libro de aforismos en contra del mito hipertrófico del Guernica, en 1981, hoy, al voltear hacia el Reina Sofía, podemos ver que vivimos la mismas escalada de miseria alrededor del arte, que los marchands y no los historiadores, son los que han hecho de este cuadro un vacío, un ariete, una sepultura, una mercancía y un monumento.Sin duda, como en la filosofía, que se debería de escribir un libelo de odio en contra de los adoradores de Nietzsche, de la víctima Nietzsche, Saura ha querido salvar al Guernica de su propio mito y de sus fanáticos. Idalia goza del libro porque ella misma desprecia esa atmósfera de horror que abarca el propio Guernica.
Les dejo el link del blog de Idalia para que vean su propia crítica hacia todo aquello que no dice nada y que sólo oculta, deforma, desvanece la significación de aquello originario que queda lentamente en el olvido
Hoy quisimos venir a la Biblioteca Nacional de España a continuar con lo que hacemos todos los días. Leer. Idalia festeja así un cumpleaños fuera de nuestro país, en un lugar que amamos, que es bellísimo, con una gran historia. ¿Qué más se puede pedir a la vida que hacer lo que uno quiere?
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